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Boletín del
Instituto Güemesiano
de Salta
Nº 32
Año
2007
______
DIRECTOR
DE PUBLICACIONES
MPN Rodolfo Leandro PLAZA NAVAMUEL
●
SALTA
REPÚBLICA ARGENTINA
2008
INSTITUTO GÜEMESIANO DE SALTA
España 730 (ex casa del general D. Martín
Miguel de Güemes)
Teléfono 054 – 0387 – 4215568
(A4400ANR) Salta, Capital · República Argentina
www.institutoguemesiano.gov.ar
Dirección y Coordinación General: Rodolfo Leandro Plaza
Navamuel
Selección de textos: Ercilia Navamuel
Impreso en
Argentina / Printed in Argentina
GENERAL D. MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES
HÉROE
DE
I
Gobernador
Juan Manuel URTUBEY
Vicegobernador
Miguel Andrés ZOTTOS
Vicepresidente 1º de
Mashur
LAPAD
Presidente de
Santiago Manuel GODOY
Presidente de
Guillermo Alberto POSADAS
Ministro de Gobierno
Antonio MAROCCO
Ministro de Justicia, Seguridad y
Derechos Humanos
Nicolás JUÁREZ CAMPOS
Ministro de Desarrollo Económico
Julio César LOUTAYF
Ministro de Educación
Marta Elena TORINO
Ministro de Trabajo y Previsión
Social
Nora
GIMÉNEZ
Ministro de Turismo
Horacio CORNEJO
Secretario de Cultura
Gregorio
CARO FIGUEROA
INSTITUTO
GÜEMESIANO DE SALTA
(Creado
el 17-6-72. Decreto Nº 5042/1972)
I
CONSEJO
DIRECTIVO
(2008 – 2012) ·
Presidente
Ercilia NAVAMUEL
Vicepresidente
Rodolfo Leandro PLAZA NAVAMUEL
Tesorero
Víctor FERNÁNDEZ ESTEBAN
Secretario
José Alejandro CAÑIZARES
Prosecretario
Margarita GONZÁLEZ
Vocales
Raymundo GARCÍA PINTO
Jorge SÁENZ
Álvaro CORNEJO FLEMING
Félix Rodrigo BRAVO HERRERA
Narciso Ángel FABBRONI
Darío WAYAR NÚÑEZ
Director de Publicaciones
Rodolfo Leandro PLAZA NAVAMUEL
El
Consejo Directivo del Instituto Güemesiano en su reunión del mes de julio de 2003 resolvió
instituir un Reglamento de Publicaciones. Solo se publicarán las disertaciones
y artículos inéditos vinculados a los objetivos del Instituto, el ambiente
socio cultural e histórico durante la gesta güemesiana; a la vida y obra del
general Martín Miguel de Güemes y de quienes lo acompañaron en la lucha por la
emancipación americana. Asimismo, el Consejo Directivo seleccionará el material a
publicarse, sin que ello libere a cada autor de su responsabilidad intelectual
y científica. La
extensión de los trabajos no debe superar las 25 páginas en papel A4, letra
Times New Roman, en cuerpo 11, escritos en procesador de texto Word 6.0 o
compatible. Los mismos se deberán entregar en tiempo y forma, y se acompañarán
en una copia impresa y en diskette o CD. Deben contener fuente documental y/o
bibliografía, citas y notas al pie de página, numerándoselas en el texto.
Nota: La sola presentación de los trabajos queda a exclusiva
consideración del Consejo Directivo y no obliga su publicación.
Como es sabido, el Instituto Güemesiano de Salta fue
fundado por el Poder Ejecutivo de
La difusión de la gesta güemesiana es actualmente
extensa. La página web de la institución dependiente de
Intervinieron en las páginas de la presente publicación, más de veinte autores entre académicos, socios y
colaboradores. Como es de rigor, se
incluyen las actividades, actos académicos, homenajes y
El actual Consejo Directivo (2005-2008) tiene también una
profunda satisfacción de poder ofrecer este copioso Nº 32 correspondiente al
período 2007. Fue un honor dirigir y coordinar en este periodo las
publicaciones del Instituto y, aún más, poder completar los objetivos. Con
esfuerzo, y como si fuera una verdadera recompensa, en estos cuatro años se han
publicado todos los números atrasados, desde la segunda edición del Nº 27-28
hasta el Nº 32 que se fueron perfeccionando en cada edición, alcanzando desarrollar un libro que hoy puede
compararse con las más acreditadas ediciones
análogas de otras instituciones del país. Esperemos, pues, que el próximo
Boletín llegue con la misma fuerza que estos seis últimos números.
Salta, 20 de octubre de 2007
Rodolfo Leandro Plaza Navamuel
Director de Publicaciones
LEY 26.125
GÜEMES HÉROE
NACIONAL
El
22 de agosto de 2006 se promulgó
El
Senado y Cámara de Diputados de
Artículo 1º- Declárase Héroe Nacional a D. Martín Miguel de Güemes, único
general argentino muerto en acción de guerra el 17 de junio de 1821, en la histórica
epopeya de la emancipación del continente americano.
Artículo 2º- Comuníquese al Poder
Ejecutivo.
Dada en
Registrado
bajo el Nº 26.125
Alberto
Balestrini - José B. Pampuro - Enrique Hidalgo - Juan H. Estrada.
Decreto
Nº 1082/2006
Buenos
Aires, 22/8/2006
Por
tanto:
Téngase por Ley de
Kirchner
- Alberto A. Fernández - Nilda Garré
Nº
32
AÑO
2007
(PRESIDENCIA ERCILIA
NAVAMUEL)
HOMENAJES
DE
LA
ACADEMIA
GÜEMESIANA
El
Instituto Güemesiano de Salta adhiere a los actos organizados por el aniversario
del natalicio del general don Martín Miguel de Güemes. Está presente en la misa
que se efectúa a las 11,30 en
A
las 19,00, el Instituto Güemesiano realizó su sesión pública en la sede de
España 730. La apertura del acto académico estuvo a cargo de la presidente,
profesora Ercilia Navamuel. Se entonó el Himno Nacional y Ercilia Navamuel
presentó la cartilla con la biografía del general Güemes y
Prosiguió
el director de publicaciones MPN Rodolfo
Leandro Plaza Navamuel, quién presentó el Boletín Nº 31 del Instituto
Güemesiano de Salta, de 221 páginas, resaltando, entre otros aspectos, los cambios de diagramación y de formato que ha
tenido el Boletín y recordó que “la
tapa como el lomo del libro, cuenta desde el número anterior con el rostro del
general Güemes”. Señaló
asimismo, que “Nuestro Héroe Nacional,
general don Martín Miguel de Güemes, trasciende el tiempo y el espacio
convirtiéndose en la historia misma de
A
continuación, disertaron con la presentación de cada conferencista a cargo de
la presidente profesora Ercilia Navamuel, el comandante general de Gendarmería
Nacional Pablo Pérez que habló sobre “El espíritu güemesiano y
Se
cierra el acto con la distribución del siguiente material bibliográfico:
“Boletín Nº
EL ESPÍRITU GÜEMESIANO
EN
1. Un largo viaje
El 22 de octubre de 1976
zarpaba desde el puerto de Buenos Aires a bordo del buque de transporte Bahía
Aguirre de
El interés internacional por
su conocimiento comenzó a tomar impulso a fines del siglo XIX y comienzos del
siglo XX. Fue en este último siglo que se emprendieron y concretaron
importantes acciones por parte de los países con pretensión soberana y/o
intereses sobre el continente, a los que se han ido sumando paulatinamente
otros estados. Estas acciones se concretaron en expediciones organizadas para
llegar con personal y medios técnicos-científicos para la exploración y la
investigación. A tal fin se instalaron bases (construcciones adecuadas para la
supervivencia del hombre en aquellas inhóspitas regiones).
Hacia una de ellas,
Después de seis días de
navegación llegamos a Ushuaia, último punto del continente americano antes de
internarnos a los mares de abismales profundidades que rodean a
2. El sector antártico
argentino
Nuestra pretendida soberanía
sobre el sector antártico comprendido entre los meridianos 25º y 74º de
longitud oeste y 60º de latitud sur tiene como límite Este las Islas Thules del
grupo de las Sandwichs del Sur y cuya ocupación el gobierno argentino había
decidido materializar durante ésa campaña de verano.
Nuestro país en base a indiscutibles
títulos jurídicos, legítimos e imprescriptibles derechos territoriales y por
razones históricas, geográficas, geológicas y administrativas-legales ha
establecido por Decreto-Ley Nro. 2101 del 28 de febrero de 1957 el sector, que
ya había sido definido por
Ese sector, sobre el que
reclamamos reconocimiento de soberanía se encuentra totalmente comprendido
dentro del sector pretendido por el Reino Unido (20º y 80º long oeste) y
parcialmente por el sector que reclama
Luego de siete días de
navegación, no sin algunas dificultades, por averías y condiciones
meteorológicas («campos de hielo», formados por témpanos que se desprenden en
verano desde los glaciares antárticos y barreras de hielo), arribamos a las
Islas Sandwichs donde se procedió a desembarcar el personal y los elementos
transportados para la construcción de la base «Corbeta Uruguay».
Justamente esta nave de
nuestra Armada Nacional fue protagonista del espíritu solidario y el heroísmo
que caracteriza a la vocación antártica argentina, al concretar en noviembre de
1903 el histórico rescate, que asombró al mundo, de la expedición científica
sueca al polo sur a cargo del profesor Otto Nordensköl. Esta expedición había
salido de Suecia a fines de 1901 y debía regresar a fines de 1902. Se la dio
por perdida a principios de 1903, generando la consecuente y lógica preocupación
de la comunidad internacional, por la suerte que habrían corrido aquellos
intrépidos viajeros en esas gélidas e inhóspitas latitudes.
Suecia, Francia y nuestro
país se ocuparon, sin previo acuerdo, de organizar la búsqueda y el rescate.
Difícil tarea, pues en aquel tiempo no se contaba con buques adecuados para navegar
en esas regiones. Y le cupo a
Continuando con nuestro viaje
llegamos a las Islas Orcadas. Cabe mencionar que con la ocupación del
Observatorio meteorológico en este lugar a partir del 22 de febrero de 1904,
Luego de visitar la base del
Reino Unido, en
Esta base fue creada en 1952
y fue su primer jefe el entonces capitán D. Jorge Edgard Leal. Este orgulloso
salteño, digno hijo de la estirpe güemesiana que en 1965, ya coronel, clavara
la bandera de
Nuestras bases además de
concretar la presencia soberana en el sector, sirven de apoyo a los
investigadores científicos que, en el desarrollo de importantes programas,
anualmente realizan actividades de campo que se traducen en resultados que se
comparten con la comunidad internacional. En este sentido el aporte de los
esfuerzos argentinos ha enriquecido a la ciencia universal en una importante
cantidad de disciplinas.
3. El turismo en
Nuestro país tiene el
privilegio de ser el iniciador del turismo antártico, en 1958, con el empleo de
dos buques de transporte de
El gobierno Argentino en un
acto administrativo soberano creó la delegación de Migraciones en dicha Base en
la que Gendarmería Nacional en cumplimiento de las funciones delegadas por
4. El primer antártico es
argentino
Consecuente con la vocación
antártica señalada al comienzo, el gobierno argentino implementó que el
personal de relevo de nuestra dotación a fines del año 1977, lo hiciera acompañado
de sus respectivos grupos familiares, conformándose así el núcleo poblacional
que dio origen al Fortín Sargento Cabral. En el mes de diciembre de aquel año
llegó el matrimonio compuesto por el capitán Jorge Emilio Palma, su esposa
María Silvia Morello y sus hijos. La esposa del capitán llegaba en avanzado
estado de gravidez y a las 08.40 horas del día 7 de enero de 1978 dio a luz al
primogénito polar meridional Emilio Marcos Palma. En mi carácter de Jefe del
Registro Civil de
El alborozo, el júbilo y la
emoción nos invadió a todos los que ese día tuvimos el privilegio, de ver y
tocar al recién nacido. Mi recuerdo y homenaje a esa madre por su valentía y
amor a
Al mes siguiente, en febrero
de 1978, en un viaje mucho más rápido que el de ida, en un avión Hércules de
Estamos en este solar en que
se respira aire de Patria, convocados por la figura emblemática y señera del
general Güemes, a quien deseo expresarle: Mi General: Así como Ud luchó, hasta
dar la vida por legarnos, esta Nación libre e independiente, quiero decirle que
los antárticos, contagiados de ese espíritu de lucha irrenunciable, hemos
contribuido con nuestro aporte en la defensa de la soberanía de esa proyección
de Patria que late en
GÜEMES Y EL PAISAJE SALTEÑO
Margarita GONZÁLEZ ·
Procuraré transitar rápidamente el aspecto
geográfico, imaginar cómo sería el paisaje salteño en la época de
Todo el NOA, de un extremo al otro, desde
Rosario de
Por otro lado, el gaucho conocedor de su
miedo, baquiano por excelencia, podía por el vuelo de las aves, por el desplazarse
de los animales, por el murmullo de la selva, por una y mil voces del monte y
la montaña descubrir, toda manifestación ajena a lo acostumbrado, todo aquello
que pretendía ocupar sus espacios.
La guerra gaucha o guerra de recurso, fue
una guerra que se desarrolló en la montaña, pues el noroeste de nuestro país es
el que presenta (al decir de Federico Daus-geógrafo argentino) un aspecto
totalmente montañoso, vertebrado por las altas cordilleras del borde oriental
de
Debo aclarar también que los vientos
húmedos del sureste y noreste, provocan las precipitaciones que permiten los cultivos
de forrajeras y de algunos cereales, a pesar de que la actividad económica mas
destacada en aquel entonces era la cría de animales en toda la región, tanto en
las partes bajas y húmedas, como en los valles de las sierras y en los lugares
muy altos, fríos y secos, donde los camélidos proporcionaban la materia prima
para la elaboración de abrigos, ponchos, pasamontañas, etc.
La guerra de recursos se desenvuelve en
tres espacios diferentes: en los valles –en las quebradas- y en el despoblao o
puna. Según el historiador salteño Bernardo Frías, el despoblao es una
“planicie helada extendida desde el confín de la quebrada de Humahuaca hasta
Catamarca en Argentina; con alturas que llegan a mas de
Hacia el Oeste se levantan cumbres
nevadas. El Huaytiquina de mas de
Debo aclarar que estos lugares no solo
son inhóspitos por lo agreste del terreno, de su relieve, sino también por lo
enrarecido que es allí el aire, ya que por la altura a mas de
Teniendo en cuenta estas características
de la zona, cabe preguntarnos ¿nos enteramos alguna vez de algún gaucho apunao?
Pienso que esta fue una de las más sabias estrategias, incorporar a sus
milicias a lugareños adaptados al ambiente, los cuales no sufrían los males propios
del lugar.
Por ejemplo, después del Abra de Tres
Cruces que abre el paso a
Pienso que influyó la superioridad no
solo de táctica militar güemesiana, sino la superioridad física de los gauchos,
aclimatados a esos páramos de atmósfera enardecida. Volviendo a las acciones de
estrategias, en realidad los patriotas tratan de impedir el aprovisionamiento
de los realistas - de alimento y en ganado de silla y carga. Otro accidente
geográfico de borde occidental de la puna, es el majestuoso volcán Llullayllaco,
donde se han encontrado restos de vidas pre-hispánicas. Hacia el interior de
esta altiplanicie, encontramos inmensos desiertos blancos, son los salares y
salinas, como también enormes pampas rodeadas de montañas. Ya acercándonos a la
pre cordillera o cordillera oriental, observamos una zona llana desolada, denominada
la recta de Tintín, cuyo nombre se debe al ruido que hacía el cencerro que llevaba
la yegua madrina, conduciendo la recua o ganado vacuno.
De este modo entramos a las regiones de
valles y quebradas. Vuelvo a recalcar que el ambiente geográfico fue el
cómplice del hombre, fue la ayuda de los gauchos. En realidad podemos imaginar
que todos fueron soldados de esta guerra, los hombres –las mujeres- los ancianos
y niños, los ríos, los animales y hasta el viento, que acercando olores, los
murmullos de voces y ruidos extraños opusieron resistencia al invasor, que
pretendía apoderarse de la sagrada tierra del hogar salteño.
Nuevamente aclaro, que por ser un espacio
muy accidentado, por ser un espacio conocido por los gauchos y por tener un
guía como Güemes, que supo actuar con rapidez y precisión aprovechando las
ventajas que le daba el paisaje. Por lo tanto cada ambiente geográfico, cada
característica de terreno fueron aprovechados para la subsistencia, pues se
adaptaban a los ambientes, según las necesidades. Por ejemplo, en los valles
criaban y engordaban el ganado y también guardaban los animales, se cultivaban
cereales y se almacenaban para los momentos críticos.
El
paisaje aprovechado por la guerra
Es conocido el caso de un gran árbol que
había junto al río Arias que tenía un hueco y era utilizado como buzón para los
mensajes por los gauchos. Las quebradas se caracterizan por la presencia de
tierras áridas y de cerros tristes y desnudos, sin bosques, salvo las quebradas
o pequeños valles.
Tenemos el Valle Calchaquí, con sus
valles fértiles, donde se producían cereales y los vinos por excelencia. Sus
harinas y sus vinos se destacaban por su calidad, con los cuales se mantenía un
activo comercio. Así, encontramos molinos harineros en las casas de las
principales familias de toda la zona.
En el Valle de Lerma, zona de valles y
quebradas - tenemos los molinos harineros, los cuales eran movidos a golpe de
agua que funcionaban si cesar. Ej.: el molino de finca Las Costas - en Alto
Molino funcionaban dos molinos (de allí el nombre). El molino de la finca de Tejada,
actual INTA. En las faldas de Ceibalito, antes de San Agustín. Otro dato
curioso, en el actual mercado artesanal que era la sala de las Costas, existía
una curtiembre, también en la finca El Paraíso que era de la familia Güemes, donde
hoy es una escuela, también funcionaba una curtiembre; toda esta actividad
económica y esa incipiente industria, también fue aprovechada en la guerra.
También había un molino en
También existe un molino harinero en un
lugar denominado Tintín en Rosario de Lerma, donde desemboca el camino de
herradura, que venía del Valle Calchaquí. Bueno, diré que la palabra
“Calchaquí”, tiene un discutido origen; para algunos es un término “Aymará” calichaña,
que significa recoger maíz y “qui” solamente, pero este primer significado no
se opone a una de las características típicas de la región. Otros encuentran su
origen en vocablos quichuas - Kala o Kal al que traducen como desnudo, y
empobrecido y Chaqui, árido, seco, también en este caso existe una semejanza
real con la geografía de los Valles Calchaquíes.
La región Calchaquí comprende la parte
sur de
La región Calchaquí continúa hacia el sur
con los departamentos de Cachi, Molinos, San Carlos y Cafayate. Se inicia en la
cuesta de Acay, donde nace el río Calchaquí, corredor o entrada muy importante
para el abastecimiento del ejército patrio. Toda esta zona de la quebrada, se
usa con una estrategia táctica increíble, se utiliza para vigilar los
movimientos del enemigo, se esconden los animales y se intercepta la
correspondencia.
Ahora bien, en las acciones militares por
la independencia, el general José de San Martín, remplaza a Belgrano en el
mando del Ejército del Norte (denominado Ejército Auxiliar del Perú) y nombra a
don Martín Miguel de Güemes, comandante de las avanzadas de Salta por el lado
del río Pasaje, un 28 de enero de 1814, en el lugar que fuera conocido como
parada de Yatasto.
Güemes establece el cuartel en Concha,
cerca de media legua al norte de Metán. Estamos transitando ya las sierras
Subandinas. Las precipitaciones propias de esta zona originan una vegetación
tupida, que podía albergar, resguardar y cobijar a los gauchos y sus caballos.
Las sierras occidentales de la cuenca de Metán, reciben lluvias que alimentan
los ríos y favorecen el crecimiento de pastizales para la cría e invernada de
ganado. Desde
Hoy se puede observar e imaginar aquel
monte, cuando el viajero pasa por el camino que lleva a
Probablemente el combate se realizó en
terrenos cercanos a la escuela Agrícola Martín Miguel de Güemes, o en un lugar
llamado
Como ya se expresó anteriormente, no era
solamente Güemes el conocedor profundo de su tierra, también para los gauchos
eran familiares todas las quebradas y las abras, los montes y las ciénagas, los
valles y las cumbres. En la obra Güemes Documentado, tomo I, 1979, Luis Güemes afirma
y explica de cómo el paisaje erizado de peligros, sirvió a los campesinos lugareños
(gauchos), para su acción de los más curiosos episodios, como el de las Lomas
de Medeiros, después del combate de Velarde.
Las Lomas de Medeiros están próximas a la
ciudad de Salta por el lado oeste y con rumbo N. S. a lo largo de 12Km. Se
levantan desde el río Vaquero por el N, hasta los ríos San Lorenzo por el oeste
y el río Arias por el sur, con una altura media de
En los tiempos de Güemes debieron estar
cubiertas de vegetación, lo cual permitía a los gauchos ubicarse en las cimas
dejando subir a los realistas montados en sus caballos, a los cuales arrojaban
boleadoras, haciéndoles rodar en la tierra, lomas abajo.
En las serranías bajas que limitan la
provincia de Salta y Jujuy, como le Cresta de Gallo, allí también se produjo un
curioso encuentro realista, que al decir de Luis Güemes en su obra Güemes
Documentado, tomo II, página 141, 142 “que la división enemiga de 400 hombres
que salió al río del Valle en busca de caballos y ganado vacuno, huyó
vergonzosamente luego que supo que era perseguida por nuestras bizarras tropas
de gauchos, pues su partida de retaguardia fue destrozada en la subida a
Bueno, de este modo he pretendido o
tratado de exponer de un modo muy reducido y sintético las características generales
de esta bendita tierra, que albergó figuras que supieron jugarse por la patria
y por el prójimo que necesitaba ser libre, que quería identificarse con su
tierra, que se enorgullecía de sus costumbres, de su cultura, que quería ser
respetado, que quería tener una patria, una nación, reconocida por el concierto
de todas las naciones del mundo. Toda esta geografía que modeló esta cultura
criolla y que hizo posible
El
bosque, selva y la maraña del oriente salteño, guardan todavía, como entre
suaves brisas de los atardeceres el grito de los gauchos, y el crepitar de los
guardamontes que estremecieron un día a este suelo salteño.
Como
todos los años, el Instituto Güemesiano de Salta organizó los actos en conmemoración de la
fecha y lugar en que fue herido el general Güemes. A las 10,00 de la mañana, en el monolito de plaza Belgrano se puso una ofrenda floral
donada por Darío Wayar, encargándose de ofrecerlas la profesora Ercilia
Navamuel y Arminda Tapia.
Luego,
expuso palabras alusivas a la fecha, la profesora Mirian Violeta Gutiérrez, cerrándose
el acto con el retiro de las banderas. Asistieron autoridades provinciales,
miembros del Consejo Directivo del Instituto Güemesiano, fortines gauchos, maestros,
alumnos y público en general.
GÜEMES HERIDO DE MUERTE
Mirian Violeta GUTIÉRREZ ·
Estamos
reunidos en este espacio glorioso de recuerdo para evocar una vez más aquel
nefasto suceso ocurrido el 7 de junio de 1821, donde el general Martín Miguel
de Güemes es herido de muerte por una bala traicionera.... A partir de allí,
los sucesos se tornan irremediables, dada la magnitud de la situación. Son sus
gauchos que intentan dar un giro desesperado en auxilio a quien los supo
conducir en numerosas batallas trasmitiéndole su firmeza y convicción. Así
empieza el angustioso peregrinar por la inmensidad de la noche fría,
atravesando zanjas, malezas, empedrados y montañas, sosteniendo el catre
improvisado de su general herido, hasta llegar al sitio conocido como
En
estos momentos de reflexión, hago mención a la heroica hazaña del general
Martín Miguel de Güemes, digno merecedor de la gratitud nacional, porque supo
desempeñar el primero de todos los deberes: La defensa de
- El
fracaso del plan realista.
- La
consolidación del Plan Continental Sanmartiniano
- La
pronunciación de
Hoy
vivimos y sentimos el espíritu güemesiano, festejamos con gran júbilo la declaración
de Héroe Nacional. Una reinvocación justa y digna para nuestro héroe gaucho. Que
todos sepan y conozcan esta tierra salteña, que con un gran patriotismo
mezclado entre militares de rango y el gauchaje, damas distinguidas y chinitas,
todos juntos sin distinción, levantaron la bandera de
-- Sabiduría para luchar con tenacidad
-- Solidaridad para mantener unida a la
tropa y
-- Coraje para no desfallecer ante la
adversidad
Digno
ejemplo para imitar, señores presentes, porque así se construye
Muchas
Gracias
FUENTES CONSULTADAS
BIBLIOGRAFÍA
ACTAS PRIMER CONGRESO ARGENTINO “Güemes Héroe Nacional”. Ed. 2005.
Cornejo, Atilio. “Historia de Güemes”. 3 Ed.
A las 19,00, en la sede del
Instituto Güemesiano se cumplió el acto académico. La apertura estuvo a cargo
de la presidente Ercilia Navamuel. Se presentaron las banderas, el Himno
Nacional y el Himno a Güemes cantado por el tenor Romero Ismael. Acto continuo,
se expusieron las siguientes conferencias: “El
arte en la iconografía del general Martín Miguel de Güemes” a cargo del vocal
del Instituto Darío Wayar Núñez; “Historia institucional de la escuela Nº 4.007
Gral. Martín Miguel de Güemes” por la socia activa María Elena Almirón de
Ugarte, finalizando el profesor Daniel Medardo Ontivero, con “La transmisión de
los bienes dotales: el caso de las familias de Salta (Segunda mitad del siglo
XVIII y principios del siglo XIX)”.
El
acto terminó con el retiro de las banderas. Posteriormente un grupo de folcloristas,
entre ellos, don Fermín Torres con su violín del Chaco, y don Román Guamante el
violín mayor de Anta, cantaron antiguas canciones y coplas de contenidos patrios.
EL ARTE EN
GENERAL MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES
Darío WAYAR NÚÑEZ ·
Convocado en esta oportunidad por el
Instituto Güemesino de Salta para ocupar este sitio que otros han cubierto
antes año tras año, y haciendo honor a ese proyecto que naciese hace treinta y
cinco años, espero estar pues, a la altura de quienes me precedieron conciente
de que mucho es lo dicho sobre la personalidad del Gral. Güemes, y más, lo que
permanentemente es el esfuerzo de los investigadores por traer a luz sus
estudios, para nuestra ilustración.
Estoy
profundamente honrado y agradecido a los señores miembros del Instituto, por la
oportunidad que me brinda para rendir, junto a ustedes, este homenaje
patriótico al héroe gaucho. No pretendo traer novedades, sino recrear este
humilde ensayo.
●
El
presente trabajo que pongo a vuestra disposición se refiere como su título lo
indica a El arte en la iconografía del Gral. Martín Miguel de Güemes. La
mística y el lirismo plástico y poético que inspiraron e inspiran hoy la vida y
la figura del Gral. Güemes es muy prolifera.
No
encuentro mejor manera de iniciar esta exposición con la primer parte de los dieciséis
romances del libro “Güemes y otros
Cantares” escrito en 1964 por aquel mítico poeta, Julio César Luzzato.
Aquí
donde el libro se abre,
debió
estar, como se impone,
con el
negror de sus barbas
y el oro
de sus galones.
No está
porque su figura
entró
con él a la noche.
Partió
sin dejar retrato,
por lo
cual no es menos prócer.
Se
descuidó de su luz,
de su
imán y de su porte.
¿El
incendio y el torrente
suenan
en ser medallones?
Para
dibujar la estampa
del
Güemes que hoy se conoce,
los
pinceles escucharon
la voz
antigua del monte.
Orillaron
la memoria
del
cerro que fue su molde,
la de
los fuegos agrestes
y las
guitarras insomnes.
Alguna
lanza olvidada
también
arrimó sus voces,
y el
viento que anda sin rostro,
sin edad
y sin colores.
Se
olvidó de su retrato,
pero
dejó sus acciones,
donde se
lo ve como era
al
resplandor de su nombre.
Trajinante
como el río,
que
hasta duerme en el galope,
la
guerra no le dio tiempo
de posar
ante pintores[1].
Los
estudios de la plástica de nuestra tierra se preguntan aún hoy cual es la
fisonomía que la identifica resultando realmente difícil lograr una
caracterización concreta. Algunos autores llegan a decir que nos encontramos
ante “un internacionalismo estilizante” dadas las escuelas traídas por nuestros
precursores y la permanente formación casi siempre europeas de los pioneros de
la plástica Argentina.
No
obstante las permanentes influencias estéticas externas, podemos advertir en
muchos autores una atmósfera muy especial plagada de vidas pretéritas, vigentes
en los rostros morenos de los seres que conforman gran parte de nuestro pueblo,
en sus cuentos, sus mitos, sus leyendas y tradiciones ancestrales.
Podemos
advertir rasgos característicos en los plásticos de la provincia del noroeste
argentino, especialmente en Salta, Jujuy, Catamarca y
La
función de los primeros artistas criollos: Debido a los inmigrantes del sur y
norte de Europa, algunos solo fueron artistas de tránsito y otros al
arraigarse, se convirtieron en pioneros, enjuiciando sus influencias en la
formación de los primeros plásticos. Estos artistas autóctonos surgieron casi
cien años después de producida la expulsión de los jesuitas, porque se había
roto el único germen que hubiera posibilitado el comienzo de un sincretismo
auténtico, de un entronque cultural.
El
artista flota sucesos, flota así entre dos mundos, es un trasplantado en lo más
autentico de sí mismo. Es Europa continuándose en un retoño de Europa. He allí
la terrible consecuencia. De haber sido otra la historia, tendríamos quizás una
tradición que hoy nos falta, una escuela de la que se ha malogrado[3].
El
arte de Sudamérica ha recibido de fuentes europeas, españolas, italianas y
flamencas, significativas influencias. Entre las influencias de mayor
significado ubicamos a las estampas flamencas, grabados que sirvieron de modelo
y en muchos casos de puntos de partida a infinidad de obras pictóricas.
La
invención del daguerrotipo, seguido de inmediato por la fotografía, desde
mediados del siglo XIX, tanto por su mayor facilidad de concreción y menores costos
redujeron aún más la posibilidad retratista, agravada también por las
costumbres de los familiares e instituciones pudientes, encargaron a artistas
europeos de renombre como Sorolla, Bonnat, Cortazzo, Daumos, Coután y otros más,
la realización de pinturas y esculturas. En el caso del Gral. Güemes el aporte
familiar ha sido fundamental para llevarnos a buen término la labor iconográfica.
La natural pasión sobre la figura del prócer comienza a manifestarse casi medio
siglo después de su muerte, cuando los hijos del Gral. Güemes, huérfanos desde
muy niños, llegan a la adultez, ocupando cargos políticos trascendentes en su
provincia[4].
La
carencia de artistas consagrados, o aunque solo hubieran sido aficionados al
dibujo, hizo que la iconografía salteña de personajes de la primera época o aún
de paisajes y tipos costumbristas, no existieran desde la revolución en 1810
hasta la muerte de Güemes. Aquel permanente guerrear, aquel reclamo de recursos,
que postergó largamente este territorio norteño, donde la paz provinciana y el
bienestar del descanso, no existía para nadie en aquellos años de revolución
libertaria.
Fueron
pocas propicias para suponer bien, de que Güemes, por su carácter no debió
sentirse afectado a sentarse como modelo e hizo que ningún artista retratara al
natural la recia figura del Héroe. “Un guerrero alto, esbelto y de admirable
apostura. Una magnífica cabellera, negra de largos bucles, y una barba rizada y
brillante cuadraban su hermoso rostro de perfil griego y de expresión dulce y
benigna. Vestía un elegante dorman azul sobre un pantalón mameluco del mismo
color; y una graciosa gorra de cuartel hacía ondular su flotante manta a lo
largo de su hombro. A su lado pendiente de largos tiros, una espada fina y
corva semejante a un alfanje, brillaba a los rayos del sol como orgullosa de
pertenecer a tan hermoso dueño. Montaba éste con gracia infinita un fogoso
caballo negro como el ébano, cuyas largas crines acariciaba distraídamente
mientras inclinado hacia su compañero, hablaba con él en una actitud admirable
de abandono”[5]. Nos pintaba así con su pluma
imaginaria la no menos legendaria Juana Manuela Gorriti, digo imaginaria pluma,
pues ella a la muerte del general solo contaba tres años de vida.
Bernardo Frías decía en sus escritos: “Tenía
Güemes un cuerpo esbelto y desarrollado, de talla erguida y alzada estatura,
cuyo conjunto le daba una imponente presencia. No sobresalía por la hermosura
de su fisonomía, que eran de un blanco pálido, pero tenía no pocos rasgos de
indiscutible belleza. Así, eran sus perfiles delicados; su nariz alta, larga,
ligeramente curva, casi recta. El corte de su boca de notabilísima perfección,
los ojos de color pardo, con los párpados superiores llenos, notándose en uno
de ellos la antigua ligera cicatriz de cuando niño, que le dejara una caída
sufrida del caballo. Tenía una espaciosa frente. Su barba era renegrida y brillante,
cuadrando varonilmente su rostro de expresión agradable y bondadosa, a quien
daba mayor atracción y vida, la profunda animación de sus ojos cuya mirada expresaba
la firmeza del guerrero y la benevolencia del filósofo. Como su barba era
igualmente negro su cabello abundante, el cuál lo llevaba de la misma manera
que sus gauchos, peinado hacia atrás y proporcionalmente largo, el que le
cubría, la cabeza en ondas graciosas y ligeras, arreglándose en la parte de la
nuca en una hermosa melena, sobre largo y elegante cuello, y cayendo cuando
escribía o meditaba, en una guedeza por sobre su frente[6].
Joaquín
Carrillo diría “Su persona era interesante; erguido, de talle esbelto de
perfil delicado, espaciosa frente, su boca era delineada con perfección; el
cabello y la barba negra cuadraban el óvalo de su fisonomía, en la que resaltaban
sus ojos llenos de animación. A caballo era una figura sin tacha y ostentaba
con vanidad su gallardía”[7].
Una
carta de Dionisio de Puch, fechada en Lima, en 1847, dice. “Güemes con su palabra vertida
con fe tan viva, inflamaba los corazones; su talla era esbelta, perfecto en sus
formas, cabellera negra de largos bucles, barba entera, rizada y brillantes,
ojos pardos, frente despejada, color blanco pálido, expresión dulce, rostro
griego; elegante en sus movimientos: vestía siempre un uniforme de un gusto
severo y exquisito. Era imposible verle y oírle sin sentirle dominado por el
ardor de su patriotismo”. Como
lo escrito por Félix Lajune en Buenos Aires, en 1894. “En la noche algunos jóvenes
que habían asistido a la fiesta teatral y salieron juntos a la calle
permanecieron reunidos comentando la alarma y proyectando planes imaginarios de
defensa. En el grupo más numeroso. Prestábase atención especial a la palabra de
uno de elevada estatura y simpatía presencia que por sus maneras mostraba no
sólo pertenecer a la distinguida clase social sino haber adquirido entre
militares la corrección y seriedad que caracteriza a soldados de buen busto.
Este joven a quien hemos de encontrar más de una vez llamábase Martín Miguel de
Güemes, tenía entonces 21 años, había entrado a servir en el Batallón Fixo de
Línea 1799 y pertenencia a una de las más esclarecidas familias de la ciudad de
Salta. Su padre era allí Tesorero General del Rey de las Españas”[8].
Una acertada decisión política, llevó que
el 15 de Junio de 1965, dos días antes de recordarse el centésimo cuadragésimo
cuarto aniversario de la muerte del Prócer, el gobierno de la provincia de Salta,
con la firma de Dr. Ricardo J. Durand y Guillermo Villegas, gobernador y
ministro de gobierno, respectivamente, emitieron un singular decreto en el cuál
se disponía la certificación y la legalización del Retrato del Gral. Güemes
realizado por Eduardo Schiaffino, a principio de siglo[9].
Este documento no deja de ser interesante ya que creemos que es el único
documento oficial argentino que reconoce iconográficamente la autenticidad de
un retrato realizado muchos años después de la muerte del modelo, revelando uno
de los aspectos más apasionantes que guían a la investigación histórica.
El
dibujo de Schiaffino, dibujo en carbonilla, sobre papel, sirvió de base para el
retrato más difundido del Gral. Güemes. Representándolo de medio cuerpo, de pie
y vestido con su uniforme militar. Abajo a la derecha, se lee: “Schiaffino
1902- alto 95,5cm, ancho 48,5cm.
Una
feliz culminación a una larga iniciativa fue en el año 1973, apoyada por Dn.
Luis Güemes, bisnieto del héroe y del Dr. Atilio Cornejo dando el aporte científico
brindado por la superioridad de
En
1910 una obra hacia la inmortalidad como una de las representaciones pictóricas
más importantes de América, la obra de Antonio Alice, titulada “
El
modelo utilizado, no ha sido otro que uno de los Güemes Castro. Antonio Alice
nace en
Esta
pintura de gran tamaño de alto 240cm y 397cm sobre tela, narra con sabio
lenguaje pictórico y rigor histórico el momento de la muerte del Héroe Salteño.
Esta obra sufrió una restauración, que hace evidente en varias partes sobre
todo, por la modificación de los empastes y de la pincelada, así como por las
diferencias de intensidad de tonos, que pasaron a ser muy violentos al lado de
los más suaves del original[12].
El Cuadro titulado “Güemes” de
Lorenzo Gigli pintado en 1943, actualmente está en el Museo de
La
obra de Aristene Papi fue muy fecunda en nuestra tierra, nació en Pergola,
Urbino Italia en 1877 y muere en Salta en 1950. Sus primeras clases las tomó en
Roma, protegido por monseñor Zanni Caprali, siendo su maestro Braggi,
trabajando en obras como
En
1928 el Ministro de Gobierno Ing. P. Sosa creó la Escuela de Dibujo y Pintura
en el Consejo de Educación, siendo designado Director de la misma que funcionó
hasta 1933. Siendo este el primer semillero donde se formaron los primeros maestros
de dibujo y pintura de la provincia de Salta[15].
El Director del Museo Histórico Nacional, Dr. Adolfo Carranza le encarga ubicar
y pintar el lugar donde falleció el Gral. Güemes para realizar un cuadro, documento
de los últimos momentos del héroe que respondiera a la geografía del lugar de
los hechos. La búsqueda se hizo con la colaboración de los descendientes del
Gral. Güemes. El museo le encarga que pinte la muerte del Gral. Papi tarda
muchos años en pintarlo y cuando lo finaliza ya había fallecido el Dr. Adolfo
Carranza director del Museo por lo que el cuadro pasó a integrar su colección
personal.
Papi
en sus memorias hace notar que el cuadro de la muerte de Güemes pintado por
Antonio Alice “el Gral. Güemes está acostado bajo una higuera cubierta de
hojas, hecho que no corresponde, pues en el invierno del mes de Junio, las
higueras no tienen hojas. Según Papi la confusión se origina porque el Gral.
herido, desde Finca
Medallón
de Güemes óleo sobre tabla 31,5x34cm., pintado a pedido del Dr. Adolfo Güemes
Gobernador de Salta en ese momento, es así como realiza este medallón en 1924,
donde se representa al Gral. Gaucho en actitud de avance al frente de sus
tropas, suavizada por una policromía llena de luz y movimiento.
De
propiedad de
Una
tela de grandes dimensiones 2m 80cm por 2m ubicada en la sala Güemes de
En 1900 es pintado un gran lienzo
que supera 2m 50cm por 3m por el francés Franz Voltmer donde el artista
representa al Gral. Güemes vistiendo uniforme de Húsar blanco princesa con
sombrero de gala de género blanco, al más puro estilo de las cortes europeas.
Un
óleo de singular belleza que representa al Gral. Gaucho de medio cuerpo con esa
firmeza clásica de los retratos.
Tela
finamente concebida en armonía de colores por el artista M. Coll pintado en los
años 60 y hoy en el aeropuerto de Salta.
Pero
la mágica y espléndida obra inaugurada el 20 de Febrero 1931, que coronó un sueño
de salteñidad al pie del Cerro San Bernardo, fue lograda magistralmente su
interpretación en toda su dimensión por el artista Víctor Juan Garino, afamado
artista de su tiempo, nacido en Bs. As. en 1879, becado nacional a Europa,
luego catedrático de
La
escultura en bronce del Gral. Martín Miguel de Güemes, inaugurado en 1985 en la
plaza de Madrid España, del maestro Roberto Maehashi por especial encargo del
entonces cónsul de España en Salta Sr. José Lastra González.
Numerosa
es la obra artística que se desarrolló y se desarrolla aún a lo largo y ancho
de nuestra patria, inspirado en la vida y en la figura de ese hombre que con
mayúsculas ha enriquecido la mente de aquellos que buscaron retratar su
impronta en el bronce del pincel.
Esas
Palabras nacidas hace siglos para designar las imágenes, icono. Cuando remontándonos
hacia los primeros años de la era cristiana donde cuenta la historia que San
Lucas retrató a nuestra Madre Santísima,
Cuando
transitemos nuestros valles, nuestra quebradas, nuestros montes y cumbres,
cuando observemos al noble jornalero, censillo, silencioso, de frentes cobrizas
y ceñosas, manos callosas y cansadas, estamos mirando sin lugar a dudas a
nuestra herencia, esa herencia que nos dejara el Gral. Martín Miguel de Güemes.
Para
finalizar quiero dejar expresada que numerosas obras quedan todavía por
analizar y recordar que a la luz de los tiempos modernos las figuras de ese
Gran Hombre aún no reconocido, ni retratado en su auténtica dimensión, deuda,
no solo de argentinos sino también de América. No puedo ni quiero dejar de
expresar mi homenaje a quienes fueron mis padres, maestros y formadores en esta
batalla por el reconocimiento de aquellos que formaron nuestra historia. Me
refiero al Dr. Atilio Cornejo, a
Sres.
muchas gracias.
HISTORIA INSTITUCIONAL DE
GENERAL MARTÍN MIGUEL DE
GÜEMES
María Elena
ALMIRÓN de UGARTE ·
Este trabajo está
dedicado
Al
personal docente de
traer
prestado desde allí una identidad para el presente tejiendo utopías que marcan
rumbos
A
quiénes son nuestra razón de ser; los pequeños artesanos de la palabra y
arquitectos de ideas:
nuestros
alumnos y alumnas. Y a la memoria de la niña Yanet Camila Cabrera Otero
que
partió hacia su nueva escuela celestial el pasado 5/5/07
Introducción
A veces hay frases que caen tan bien al contexto del
cual se habla que es imposible no recordarlas: “tenemos, en la actualidad en el
ámbito educativo, alumnos del siglo XXI, maestros del siglo XX y escuelas del
siglo XIX”. Esta idea, de alguna manera, viene a poner énfasis al tema que nos
convoca.
Si
tendría que personalizar esta frase diría que mis alumnos son claros referentes
del momento actual (S. XXI); yo, nacida y educada en la mitad del siglo anterior
(XX) y mi escuela (la escuela donde trabajo) se constituye, como tantas otras,
en los albores del siglo XX desde su etapa fundacional pero con un arranque que
data del siglo anterior (XIX) por su construcción y características de
edificación, por su razón de ser y el nombre que lleva.
Tomando los aportes de Lidia Fernández diré que el
conocimiento de la historia particular de un establecimiento es una pieza clave
y todavía no suficientemente destacada en la literatura específica sobre el
análisis institucional, sin embargo cualquier “rasgo” de un establecimiento
adquiere nueva dimensión de sentido ante la luz de su historia institucional.
“La historia institucional tanto como
testimonio oral o escrito, o como producción material o simbólica da cuenta de
sucesos, acontecimientos, experiencias vividas o contadas, colaborando de una u
otra forma a la transmisión y circulación de unos a otros…es a su vez historia
que intenta describir, explicar e interpretar una trama de relaciones y
acontecimientos, a los que significa y da sentido en una narración que
implícitamente advierte acerca de los vínculos, las pertenencias, los modelos,
las concepciones”[16].
Presentación
Hablar de la historia de la escuela
Güemes es cabalgar por el tiempo a través de 86 años de existencia. Nada poco
para una institución escolar. Por tal motivo se hace imprescindible recortar el
tratamiento de la investigación, presentando en esta oportunidad lo que
refiere, de manera relevante, a su etapa fundacional y sus primeros diez años
(circunstancias que rodean y conforman el momento del origen, de su fundación y
aquellas que configuran y se relacionan con el nombre que lleva la institución
y el edificio que ocupa para hacer efectiva su función educadora); dejando para
otras instancias un abanico de nuevas posibilidades de abordaje.
1. Datos actuales de la escuela
Enclavada
en el corazón de la ciudad Capital de Salta, la escuela Nº 4.007 “Gral. Martín
Miguel de Güemes”, está ubicada en la avenida Belgrano 666 y actualmente tiene las siguientes características:
Tipo: Primaria común, jornada simple, diurna,
dos turnos.
Modalidad: Pública de 1º categoría.
Gestión: estatal.
Zona: Urbana (micro centro).
Dependencia oficial: Ministerio de Educación de
Nivel de Educación: Inicial (NI), Educación General Básica
(EGB) 1º y 2º ciclo.
Cantidad de grados: cuatro secciones de NI:
Cantidad de educandos: 734 (entre varones y mujeres).
Matrícula potencial: Decreciente (se cerraron las cuatro
secciones de 7º grado a partir del año en curso).
Planta funcional: dos directoras (de EGB y NI) dos vice directoras
de EGB (de turno mañana y tarde respectivamente), cuatro profesoras de NI,
veinticuatro profesores de EGB, cinco profesores de áreas especiales (música,
educación física, religión, inglés, plástica), tres celadoras, trece auxiliares
de dirección y cuatro ordenanzas.
Actividades conmemorativas
relevantes para
Junio: Mes Güemesiano. Se despliegan variadas acciones
para honrar la memoria de nuestro héroe gaucho y valorar su legado.
Agosto 25: Acto en conmemoración del aniversario de
Edificio: Compartido con el Núcleo Educativo Nº
7.086 B.S.P.A (Bachillerato Superior para Adultos) que funciona en turno noche.
Fue
declarado Monumento Histórico Provincial por el entonces Gobernador de
Como
vemos, el edificio que ocupa la escuela que perteneció a Francisco de Tineo y
que pasó luego a ser propiedad de la familia Güemes, porque el mencionado se
casó con doña Magdalena Goyechea y
2. El por qué del nombre
También
desde sus inicios, la escuela Güemes, estuvo signada por su nombre y ha pretendido,
con mayor o menor éxito, a través de los protagonistas de su historia
institucional ser fiel acreedora de tal honor.
En el
primer libro del Historial de la Escuela (años 1923-1972) dice así:
“Cuando
las superiores autoridades de la provincia, resolvieron crear una escuela con
el nombre del Gral. Martín Miguel de Güemes, en homenaje al héroe que sintetiza
las virtudes guerreras y el espíritu de trabajo, de abnegación y de lealtad que
ha sido el sello de la estirpe, era lógico que destinaran a tal fin el edificio
que perteneció a la familia del mismo, el que fue comprado por el Consejo de
Educación en 1928, siendo presidente el ingeniero Rafael Sosa”. Por lo que se
sabe, desde tiempo atrás, en este local estaba instalada la escuela “Nicolás
Avellaneda”. Una vez suspendido su funcionamiento fue ocupado por la nueva
escuela en donde funciona hasta hoy con algunas modificaciones en su edificación
y con permanentes cuidados y acciones de restauración. Aunque fue creada el 17
de abril de 1923, “la gestación de la misma arranca, según documentos que lo
atestiguan, desde el año 1921, cuando en ocasión de celebrarse el centenario de
la muerte de nuestro héroe, incluyeron entre los números del festejo, el de la
creación de una escuela que llevara su nombre como medio de vincularlo con la
acción educacional”[17].
3. Vinculación de Güemes con el campo educativo
Es
curioso observar que a Martín Güemes (como a él le gustaba que lo llamaran) lo
conocemos como niño, joven, hombre, gaucho, militar, gobernador, político.
Conocemos al Güemes hijo, hermano, esposo, padre. Al Güemes cristiano,
estratega, líder. Conocemos su pensamiento, su accionar, su obra emancipadora
pero poco nos detenemos ante el Güemes educador.
Aquel
hombre, que sin ser pedagogo, nos deja “escuela” a seguir. Una escuela sin edificio
y sin currícula es posible que nos cueste imaginar. Sin embargo el término
“escuela” se usa también para aludir a los seguidores de una teoría, una
corriente de ideas o a los discípulos de alguna personalidad destacada. Por eso
me reconozco en las filas de la escuela güemesiana; por eso digo ¡cómo no vincularlo
a la acción educativa si es fuente de ejemplaridad donde sus “alumnos” (hombres
y mujeres de ayer y de hoy) bebieron y beben lo que viven!
Habiendo
consultado el Diseño Curricular Jurisdiccional de
·
Poseedor
de un sentimiento de confianza de sí mismo y del entorno social significativo.
·
Constructor
de su identidad personal, regional, nacional y sudamericana que implique un
proyecto de persona, de vida y de país, en el cual se ponga en juego la
elección y adopción de un sistema de valores.
·
Generador
de felicidad siguiendo los designios de Dios y de la ciudadanía.
·
Coherente
entre el juicio, la acción moral y el amor a
·
Racional
con los medios que dispone para lograr el bien en un marco de justicia y equidad.
·
Participante
activo en la formación integral de la gente que le tocó conducir.
·
Promotor
de valores morales y cristianos.
·
Razonable,
equilibrado emocionalmente, tolerante, respetuoso, honesto, austero, voluntarioso,
solidario, sincero, compasivo, colaborador, cooperativo, perseverante,
valiente, osado, creativo, entre otros.
4.
Entorno fundacional
Desde
un comienzo se dio la dirección de la escuela en formación a
5. Primeras disposiciones ministeriales
Según
consta en la circular Nº 4 de fecha Febrero 24 de 1923 proveniente del Ex Consejo
de Educación de
“Para
la fecha de la apertura tendrá preparada convenientemente la organización de la
Escuela a su cargo, con los horarios y listas confeccionadas con la anticipación
debida, de modo que funcionen sin interrupción ninguna desde el primer momento,
llevando los registros de asistencia de maestros y alumnos, libros de clasificaciones,
cuadernos de tópicos de las lecciones, etc., en la forma requerida para la
buena marcha del establecimiento”. Estas y otras recomendaciones, como así también
la notificación de disposiciones vienen a configurar el marco de “indispensable
aplicación y estricto cumplimiento para el mejor funcionamiento de la escuela”.
También presenta el horario y la distribución de las clases. Así mismo
recomienda que la distribución de las materias sea lógica y racional, de
acuerdo al trabajo mental que requiere, de manera que la labor de maestros y
alumnos resulte fácil y agradable.
Además
llama especialmente la atención sobre prescripciones higiénicas que deben
observarse en conservar perfectamente aseado el edificio y el mobiliario, y
asegurar exigencias para que los niños mantengan en perfecto estado su persona
y vestidos; de manera que la limpieza se haga un hábito.
6. Su primera directora
Cabe,
por los hechos demostrados, hacer una breve referencia a la persona de la
primera directora de la institución educativa Srta. Emilia F. Wierna. Con tal
motivo la obra “Mujeres Salteñas” de Roberto Vitry viene a ofrecer los
siguientes aportes:
“Docente,
historiadora, escritora, periodista. Nació el 1 de setiembre de 1889 en El Carril
(Chicoana- Salta)…Su educación primaria la recibió en el pueblo de Rosario de
Lerma…Posteriormente, radicada en Salta Capital, inició sus estudios
secundarios en
Cabe
acotar que vivió largos años después de haber desarrollado una fructífera obra
educativa y cultural. Falleció en Salta el 14 de setiembre de 1964.
7. Planta funcional en la época fundacional
Con
respecto a la inauguración de la escuela, abrió sus puertas con la siguiente
organización que consta en el Historial de la escuela.
Directora:
Emilia Fanny Wierna.
Maestras
de Grado: Concepción de Juárez, Teresa Saravia, María Josefa Gutiérrez, Dora
Pérez Linares, Carmen Rosa Leguizamón, Clementina Saravia, Candelaria Pipino,
Delicia Escobar.
Profesora
de Educación Física: Blanca Eckhart.
Profesora
de labores: Carmen de Corbalán.
Profesora
de música y canto: Fanny Arias de Alemán.
Profesora
de dibujos: María Inés Pérez.
Celadora:
María Elena López Sanabria.
Ordenanza:
Milagro Tejada.
Contaba con un total de ocho grados
de 1º a 4º, o sea tres secciones de 1º inferior, una de 1º superior, una de 2º
inferior, una de 2º superior, una de 3º y una de 4º; que reunían un total de
240 alumnas.
La
diligencia de
Al
iniciarse el año 1925, la escuela contó ya con 6º grado y correspondiendo al
crecimiento se creó el cargo de Secretaria, que desempeñó
La
actuación de
Actualmente
la escuela Güemes recibe en su seno a cientos de alumnos y alumnas que entre
sus gruesas paredes, antiguas tejas, añejas maderas y misteriosa resonancia de
su campana aprenden, entre otras cosas, a conocer y valorar la vida y obra del
Gral. Güemes; quien compartió el mismo espacio y similar paisaje; en un tiempo
diferente y lejano que las sociedades siempre rememoran.
Algunas conclusiones
Y
esto no significa que debamos quedarnos con identidades atávicas porque, como
dice Ariel Denkberg “la historia se presenta hoy como una disciplina que busca
comprender el presente como producto histórico y no como destino inexorable,
tratando de conocer su construcción”[20].
Quizás allí, donde los seres humanos se constituyan no en objetos sino en
sujetos de su propio devenir, encontremos de donde asirnos ante la fuerte
crisis de valores que sufren las sociedades del presente.
ARCHIVOS
Archivo y Biblioteca Históricos de Salta
Archivo de
Archivo y Patrimonio del Ministerio de Educación
BIBLIOTECAS
Biblioteca de Archivo y Biblioteca Históricos de Salta
Biblioteca de
Biblioteca Agrupación Docente Provincial
Biblioteca de
BIBLIOGRAFÍA
BOLETÍN DEL INSTITUTO GÜEMESIANO DE SALTA Nº 29- 30
CADENA DE HESSLING, María Teresa. Historia de Salta.
Enciclonoa (Enciclopedia Ilustrada del Noroeste). “Historia de Salta”.
Ediciones Puna. Salta. 1984.
CORNEJO, Atilio, “Propiedad Inmobiliaria de Salta en
la época colonial”
DENKBERG, Ariel. “Que hay que saber hoy sobre
historia. Una ciencia para comprender el presente”. Revista El Monitor de
DICCIONARIO Enciclopédico Ilustrado “Larousse
Moderno”. Editorial Printer. Bs. As. 1989
DISEÑO Curricular Jurisdiccional de
DOSSIER de
FERNÁNDEZ, Lidia M. “El análisis de lo institucional
en la escuela”. Ed. Paidós. 2001
HISTORIAL de
NICASTRO, Sandra. “La historia institucional y el
director en la escuela”. Ed. Paidós. 1997
PROYECTO Educativo Institucional de
VITRY, Roberto G. “Mujeres salteñas”. Editorial Hanne.
Salta. Año 2000
LAS FAMILIAS DE SALTA
(SEGUNDA MITAD DEL
SIGLO XVIII Y PRINCIPIOS
DEL SIGLO XIX)
Daniel Medardo ONTIVERO ·
Para las familias de élite de
Hispanoamérica colonial y de los primeros tiempos del período republicano, las
prácticas que permitieron la reproducción social fueron un factor importante,
en tanto de esta manera aseguraban su permanencia en el nivel más alto de la
jerarquía social. Además de la conservación de los bienes patrimoniales -vista
como necesaria para el mantenimiento del prestigio social-, la permanencia de
las familias encumbradas socialmente dependió del honor y del reconocimiento
del mismo por la sociedad en su conjunto, así como de sus capacidades para
ejercer control en las esferas del poder político y económico.
La reproducción social de las familias de
élite se tradujo en un conjunto de estrategias que respondieron a la
notabilidad, a la calidad de las relaciones construidas en el marco de las
redes sociales y a la manipulación de las relaciones de género al interior de
las familias. Este último punto resulta de importancia ya que las mujeres
fueron las más afectadas por el carácter patriarcal que caracterizaba a las
relaciones familiares, en las que los hombres se apropiaron de la sexualidad y
del cuerpo de las mujeres, regulando así su capacidad reproductiva. Esta
relación dominación masculina/subordinación femenina se estableció en todos los
niveles de la sociedad.
A fines del período colonial y a
principios del republicano, las dotes matrimoniales (dos o res exoriae)
evidenciaron, junto a otras prácticas sociales, esa relación de dominación masculina/subordinación
e inferioridad femenina. Estas actuaron como un dispositivo de poder masculino
que ha terminado posicionado a las mujeres en un segundo plano en lo relativo a
la toma de decisiones respecto a la orientación de los bienes patrimoniales.
También estos dispositivos de poder estuvieron relacionados con el control que
los hombres tuvieron sobre el linaje, cuyos símbolos fueron los apellidos, la
historia genealógica, etc. Al respecto, a través de la documentación se
advierte como los hombres, desde el marco jurídico y desde sus prácticas
sociales, fueron haciendo uso de políticas de acción que legitimaban los que ellos
naturalmente consideraban era su derecho. Ello nos lleva a pensar que el
capital presente en las escrituras de dotes, ya fuera este material o
simbólico, no representaban a las mujeres -en tanto sujetos sociales-, sino a
un linaje familiar pensado y construido por y para los hombres. De acuerdo a lo
dicho anteriormente, pensamos que a través de las dotes –como mecanismo de
transferencia de bienes familiares- es posible encontrar evidencias de cómo
operaban aquellas prácticas que tenían como propósito conservar el patrimonio
androcéntrico y familiar, como así también, expresiones de poder que desde la
hegemonía de los hombres terminaban definiendo el rol de las mujeres dentro del
contexto familiar.
En la presente investigación nos
proponemos el análisis de la transmisión de bienes patrimoniales realizada a
través de las dotes matrimoniales en la segunda mitad del siglo XVIII y en las
primeras décadas del siglo XIX. Se considera que dicha investigación se
justifica debido a: 1) que se logrará demostrar que a través de éstas, las
familias salteñas lograron aplicar el marco legal de la “herencia castellana”
–reparto igualitario entre los herederos forzosos varones y mujeres- sin
eludirla, pero también repartir los bienes de acuerdo a una racionalidad
–adelanto de la legítima- que garantizaba la reproducción social de las
familias de élite; 2) que se abre otra forma de concebir a las dotes, esto
significa estudiar a las mismas no sólo como aquellas destinadas a las cargas
de la nueva pareja constituida (ad sustinenda onera matrimonii) -es decir como
un simple mecanismo de transferencia de bienes- sino, como un dispositivo de
poder masculino que –junto a la herencia- sirvió de referencia para la
construcción y el reforzamiento de las identidades de género[21]
y 3) que permitirá establecer los cambios y las permanencias en las prácticas
de transmisión de bienes dotales en este período analizado con el propósito de
determinar el impacto de las “reformas borbónicas” en el área de estudio, como
así también introducirnos en un tema aún poco estudiado que son los efectos de
las guerras por la independencia en el patrimonio de las familias de élite.
Aspectos
preliminares
A
partir de una investigación sobre dotes matrimoniales (Siglo XVIII)
Todavía no se ha realizado ningún trabajo
de investigación sistemático sobre las dotes matrimoniales en Salta ni para el
período colonial, ni para el período republicano. Aunque en estos últimos años
hemos realizado algunos avances sobre el tema, todavía no existe un panorama
secular sobre las prácticas sociales en Salta que giraban alrededor de los
matrimonios y la transferencia de bienes por la vía dotal. Las investigaciones
que existen siguen siendo parciales y están centradas en un período específico[22].
Entre los antecedentes de investigaciones
que trabajan sobre el tema de las dotes matrimoniales en Salta en el período
colonial, por ejemplo, figura la ponencia realizada por Alfonsina Barraza[23].
En ella se analiza algunos aspectos de la conformación de la élite salteña y
sus estrategias de conservación de bienes a través del estudio de las dotes
matrimoniales. Al parecer la intencionalidad de la autora es establecer los
cambios y las permanencias en las formas de reproducción social, es decir lo
que le interesa estudiar son las prácticas sociales de las familias de élite en
el período de la segunda mitad del siglo XVIII. En este sentido, para la
autora, los cambios estarían asociados a los procesos de secularización de los
mecanismos de reproducción social regulados por
Según Barraza, hay una serie de
dificultades metodológicas que se debe tener en cuenta a la hora de estudiar
las dotes matrimoniales en Salta y que son destacables en la medida que se
quiera advertir sobre los alcances y los límites de investigaciones que
pretendan una mirada secular de las prácticas de transmisión de bienes
patrimoniales (herencia y dotes matrimoniales). Una de ellas, es la ausencia de
un número homogéneo de registros que permita realizar una serie completa para
el período. Para ella, los grandes vacíos en las distintas décadas pueden
distorsionar el panorama estudiado; sin embargo, hay que agregar que si bien
esto es cierto, no implica que se puedan obtener series de datos. Ello
dependerá de lo que se quiera de la información. Al respecto, no es difícil
construir series, lo difícil es rastrear y sistematizar la información en bases
de datos que permitan conclusiones próximas a la realidad social. Otra de las
dificultades que ella menciona -y que es válida para aquellos que hacen estudio
de precios y no para los que trabajan sobre las prácticas sociales-, es que los
mismos no son precios de mercado dado que fueron producto de tasaciones que
seguramente han respondido a la experiencia de los tasadores que a los efectos
del mercado. Empero a lo dicho, se piensa que ello es de importancia secundaria
para aquellos estudios que sólo pretendan establecer la distribución y la
composición de los bienes en las cartas dotales. Si bien, como lo menciona la
autora, algunos bienes (esclavos, ganado, plata) efectivamente estuvieron
condicionados por el mercado local o regional por el grado de monetización,
etc.; esta variación nos sirve de referencia para establecer sólo los cambios
dados a nivel económico y social en el espacio.
Una de las dificultades que se advierte y
que no menciona Barraza, dado que su interés es diferente al trabajo propuesto
en este artículo, es que en muchas ocasiones no hay coincidencias entre la suma
a entregar estipulada por los tasadores y la real -aquella obtenida de la sistematización
en nuestra base de datos-. Ello, sin embargo, no nos impide establecer la
calidad y la cantidad de los bienes transferidos por vía dotal.
En el mencionado trabajo, por otra parte,
ella sostiene que en la segunda mitad del siglo XVIII asistimos a un conjunto
de cambios que transformarán a esta sociedad de características estamentales a
una sociedad mercantilizada. Si bien, podría considerarse como una sociedad que
adquirió rasgos modernos, pensamos que ello no es cierto dado que ésta no abandonó
del todo su antiguo universo mental, asociado al uso de monopolios materiales
como base de prestigio social.
De análisis de esta investigación surge
una necesidad de seguir profundizando aspectos de las prácticas sociales que se
tratan muy superficialmente y que seguro nos permitirán establecer conclusiones
reveladoras de una realidad con connotaciones de cambios. Al respecto, éstos
tienen relación con los efectos provocados por las “Reformas Borbónicas”, con
los marcos jurídicos impuestos desde la “Real Pragmática” y la “Novísima
Recopilación” y con aquellos que se manifestaron en virtud de las guerras por
la independencia que afectaron al espacio.
1. Reproducción social, patrimonio y género en las
familias de élite[24]
La posición de
privilegio de los vecinos notables no sólo se debió a las capacidades individuales
y las políticas de los pater familias para establecer el control en las esferas
de poder sino, además, al manejo estratégico de las relaciones de género al
interior de las familias[25]. Esto último
comprendía todas aquellas decisiones dirigidas a ampliar o a conservar los
ámbitos de influencia de las familias notables y tenían una doble finalidad:
por un lado, a través del matrimonio se establecían alianzas que integraban a
las familias a la red de familias notables; por otro lado, estas estrategias se
relacionaban con el rol o roles asignados a sus miembros, sean hombres o
mujeres, con el propósito de controlar a los diferentes ámbitos de poder[26]. De esta
manera, tanto hombres como mujeres se acomodaron a una jerarquía de género delineada
por las estrategias familiares[27].
En lo
que se refiere a la conservación de los bienes patrimoniales, por ejemplo, ésta era
considerada necesaria para el mantenimiento de lugares estratégicos en las
esferas de poder y para asegurar la distinción y supremacía frente a las demás
familias notables. En este sentido, el proceso de
formación de los patrimonios dependió de las estrategias de reproducción; éstas
estuvieron a cargo de los miembros masculinos -debido a la capacidad social de
acumular- quiénes fueron, a excepción de algunas vecinas notables dada su
posición de únicas herederas o viudas, los que manejaron los aspectos
vinculados con el tráfico mular, el comercio regional e interregional, el
mercado de crédito y las actividades agrícolas y ganaderas[28].
La
maximización de las ventajas matrimoniales y el manejo estratégico de las
normas sobre herencia, asumidos como una tarea legítima por los hombres, permitieron
también el aumento y/o la conservación del patrimonio. La concentración patrimonial
bajo el liderazgo de los miembros masculinos de las familias notables y a
través de las generaciones, dependió del éxito de una correcta elección
matrimonial para sus miembros femeninos y de una inteligente distribución de
los bienes en las dotes y en la herencia[29].
Así, por ejemplo, las mujeres fueron controladas y sometidas por los pater
familias, en función de lograr reforzar los lazos de solidaridad con otras
familias notables, sin perder la estructura de los patrimonios familiares. En
este sentido, el papel que se les otorgaba a las mujeres de las familias notables de
Salta era el fomento de la religiosidad doméstica y la consolidación del modelo
de vida familiar, es decir, la reproducción cultural de los patrones sociales
del grupo de los notables. Vemos entonces que las mujeres tuvieron una
importante responsabilidad en el mantenimiento de las estructuras sociales,
dado que las familias eran el ámbito de socialización por excelencia.
Siendo que el papel
de la reproducción biológica recaía en las mujeres, la preocupación de los
hombres fue el control sobre la conducta sexual de las mujeres, en tanto de esa
manera se garantizaba la conservación del honor, la perpetuación del linaje y
la legitimidad de la descendencia. A pesar de la función irremplazable de las
mujeres en la reproducción del grupo notable, éstas no tuvieron una
participación directa como vector de la organización social, condición
resultante de las circunstancias históricas generadas en un ordenamiento patriarcal,
que ligaba a las mujeres solamente a la función de reproductoras de la descendencia.
Sin embargo, a la
asignación de estos papeles -correspondiente a la esfera de lo doméstico- es
posible contraponer el papel activo que tuvieron algunas de ellas en la vida
pública, ya sea con mediación de un representante varón o por su condición de
notabilidad. Entre las familias notables salteñas,
encontramos algunos ejemplos sobre mujeres que, en su condición de únicas
herederas o de viudez, tuvieron una mayor capacidad social de negociación en la
jerarquía de género, lo que no implicaba que de todas maneras estuvieran
supeditadas a su condición de inferioridad frente a los varones. Si bien el
papel de los hombres en la tarea de reproducción social es el que sobresale en
la documentación -debido sobre todo a su participación en la esfera pública-
algunas mujeres notables también tuvieron una participación directa en
la preservación y conservación del patrimonio familiar.
2. Las
dotes matrimoniales: sus características generales
La dote representaba una parte del
patrimonio familiar destinado a ser entregado como anticipo de herencia a las
contrayentes, convirtiéndose en una plataforma de seguridad en caso de que
éstas quedasen solas, viudas o abandonadas[30].
De acuerdo a lo señalado por José de
Como institución la dote también
reflejaba la condición de inferioridad jurídica de las mujeres, puesto que los
hombres poseían las prerrogativas para disponer de los bienes dotales y para
establecer las transacciones matrimoniales; con ello se evidencia claramente
que las mujeres no fueron vistas como sujetos, sino como “bienes de
intercambio”. Dicha condición refleja, además, la situación de inferioridad
legal de la mujer, que no tenía capacidad civil, en tanto siempre estaba bajo
la patria potestad de un hombre, sea el padre o el marido, lo que le quitaba la
posibilidad de decidir respecto a la reproducción social. Una opinión similar
es la de Emma Mannarelli, para ella el funcionamiento del sistema dotal
implicaba una escasa valoración de lo femenino, puesto que necesitaba de un
valor agregado, la dote, para poder formar un nuevo grupo familiar[33].
La institución dotal –si es considerada
como uno de los mecanismos de transferencia de riqueza- llegó a otorgar a muchos
esposos la facultad de iniciar, expandir o apuntalar sus patrimonios o sus
actividades financieras[34].
Si bien los maridos estaban autorizados a utilizar las dotes de sus mujeres
para generar beneficios, los bienes dotales debían ser restituidos al momento
de la muerte de la esposa o a la disolución del matrimonio[35].
Podemos señalar en lo
referido a la función de la dote matrimonial que la transferencia de bienes por
esta vía fue un mecanismo que contribuyó económicamente a la nueva pareja
constituida; asimismo, en algunas ocasiones permitió la unificación de los
patrimonios familiares de los notables, aunque también ocasionó el desmembramiento
de parte de la riqueza de los núcleos patrimoniales. Otras funciones de las
dotes matrimoniales estuvieron relacionadas con el reforzamiento de la identidad
femenina. También, las dotes aparecen como un mecanismo asociado a la
virginidad y a la virtuosidad, es decir, relacionado con la sexualidad de las
mujeres de estatus[36].
La concesión de dotes
dependió de los intereses de las familias notables y, por ende, respondió a una
política de reproducción social netamente patriarcal. Con esta política los hombres
de las familias notables lograron consolidarse en el espacio social, a partir
de la maximización de los beneficios que se podían obtener de las uniones
matrimoniales, del intercambio de sus mujeres y de los bienes materiales y
simbólicos.
Por lo que se observa a nivel
general, las familias salteñas transfirieron parte del núcleo patrimonial
mediante las dotes matrimoniales. Los montos de las dotes fueron heterogéneos
y, al parecer, dependieron del volumen y de la estructura del patrimonio de los
padres o parientes colaterales de la contrayente.
3. Composición
y distribución de los bienes dotales (1751-1826)
A partir de una muestra de 54 cartas de
dotes –las que fueron protocolarizadas entre 1750 y 1826-, se ha logrado establecer
la composición de las dotes matrimoniales, para tal fin se ha creado un cuadro
(ver Cuadro nº 1), en el que se utilizaron básicamente dos variables: “bienes
inmuebles” y “bienes muebles”. Dichas variables nos permitió aproximarnos a la
composición y al valor de las dotes matrimoniales de las hijas de lo/as
notables salteños.
Para la variable "bienes
inmuebles" hemos definido dos indicadores. Por un lado, "bienes
inmuebles urbanos", que fue desagregado en las siguientes categorías:
"casas", "tiendas", "aposentos" y
"solares". Por otro lado, al indicador "bienes inmuebles
rurales" le correspondió las siguientes categorías: "estancias",
"chacras" y "tierras".
Respecto a la variable "bienes
muebles", los "menajes de uso diario" y "ganado" constituyeron
los indicadores, a partir de los cuáles sistematizamos la información
proveniente de las dotes matrimoniales. Al indicador "menaje de uso
diario" se le asignó las siguientes categorías: "plata y joyas",
"vestimentas", "muebles", "imaginería",
"esclavos", "dinero", “instrumentos de débito” y “otros” en
donde se incluyen, por ejemplo, aquellos objetos relacionados con menajes de
producción. Al indicador "ganado" le correspondió las siguientes
categorías: "ganado mular", "ganado vacuno", "ganado
caballar" y “ganado ovejuno”.
En general, se observa que la dote
matrimonial de los y las notables no era un vehículo prioritario para la
transferencia de la riqueza familiar (Ver cuadro nº 1 y gráfico nº 1 y nº 2).
Si bien mediante las dotes se transferían una cantidad significativa de bienes,
éstos no poseían un valor económico (productivo) y social importante; a
excepción de algunos casos que se consideran como dotes particulares debido a
la condición de sus poseedoras como únicas herederas o viudas.
De acuerdo a los bienes que componían las
dotes, advertimos que hay un claro predominio de los bienes o menajes de uso
diario (“ajuar de la novia”) por sobre los medios de producción, tales como
bienes inmuebles rurales: “chacras”, “estancias”, “haciendas”, “potreros”, etc.
A partir de esta referencia, el análisis de la composición de las dotes
matrimoniales nos sugiere que la función esencial de éstas podría ser el
sostenimiento de las cargas matrimoniales de la nueva pareja constituida. Sin
embargo, si lo analizamos desde la perspectiva de género, pensamos que los
bienes transferidos a través de las dotes tuvo el propósito diferente que era
el de reforzar la identidad de género de las contrayentes como subordinadas.
Los vestidos en sus diversas hechuras y calidades, la ropa de dormir, los
enseres domésticos, las casas, los esclavos, la platería y las joyas e inclusive
el dinero, además de servir para el sustento de las cargas matrimoniales
contribuyeron a la naturalización de los roles asociados a las mujeres. Ello
significa que las dotes (al igual que la herencia) deben ser vistas como un
dispositivo más de la dominación masculina en donde a través de la
transferencia de determinados bienes (“ajuar de la novia”) se reforzó
socialmente la idea de lo que debían ser los hombres y las mujeres. De esa manera,
a través de las dotes matrimoniales se confirmaba la situación de las mujeres
en relación de subordinación, lo que traía como consecuencia estar separada del
principal factor de producción que era la tierra (en nuestro caso entiéndase
como: “estancias, chacras, tierras”). En otros términos, además de contribuir
“supuestamente” con las cargas matrimoniales, las dotes -a través de bienes
asociados a lo femenino- sirvieron a los fines del proceso de simbolización de
la diferencia sexual que consolidaron la desigualdad de poder a favor de los
hombres.
Las dotes entregadas a las contrayentes
por los y las notables de Salta estuvieron compuestas principalmente por “dinero”,
“casas” y “vestimentas”, respectivamente. El rubro “dinero”, a diferencia de lo
visto en una investigación anterior en donde las vestimentas predominaban, es
el más significativo puesto que representa el 23 % del total de la sumatoria de
las dotes entregadas en el período que ascendía a 257.716 pesos[37].
Respecto al rubro “casas”, estas representan un valor del 18 % respecto del
total de bienes transferidos mediante las dotes. En lo que atañe a las
vestimentas, se ubica en tercer lugar con el 11 %, es decir 30.447 pesos (Ver
Gráfico nº 1 y nº 2). Otros dos rubros significativos son los compuestos por
los “esclavos” y “plata y joyas” con el 10 % y el 8 %, respectivamente. El
rubro que no nos arrojó ninguna referencia estadística es la que corresponde a
“tierras” con el 0 %, ello se corresponde con los valores bajos relacionados
con los bienes considerados como productivos, es decir aquellos que podían
brindar a las familias una renta diferencial como lo fueron: “estancias” y
“chacras”. Si consideramos el total porcentual del rubro “bienes inmuebles
rurales” tenemos que este representa tan sólo el 4 % del total de los bienes
transferidos vía dotes. Esta tendencia, si la comparamos con la realidad de la
primera mitad del siglo XVIII (Ver Cuadro nº 3), se mantiene casi entre los mismos
valores porcentuales (3%).
La dote que recibió una mayor cantidad de
bienes también fue la de Doña Lorenza de
Otra dote que se puede considerar como
significativa debido a la naturaleza de los bienes transferidos fue la que le correspondió
a Doña María Ygnacia Torres –hija de Don Gabriel de Torres y de Doña Petronila
García Barela y casada con Don José de Otero- por el valor de 12.000 en “plata zellada moneda doble”[39].
Las dotes que le siguen en importancia, de acuerdo a los datos relevados (ver
Cuadro nº 1), fueron las de Doña Mónica López, casada con Don José María de
Llarramendi, de Doña María Josepha Texada y Blanco, hija de Don Manuel de
Texada y de Doña Gregoria Blanco y, por último, la de Doña Catalina Arias
Rengel (hija del Maestre de Campo Joseph Arias Rengel, Alférez Real, y de Doña
María Peñalva), que sumó 11.968 pesos[40].
Otra dote cuyo monto resulta
significativo para el período analizado, es la de Doña María Luisa de
Estos montos resultan de importancia para
los fines comparativos con otras regiones de manera tal de poder ponderar la
importancia de los patrimonios de las familias salteñas en este período
analizado. Otra referencia de importancia para establecer comparaciones es el
promedio del total de las dotes estudiadas en el período que es de 4.772 pesos.
En relación al promedio obtenido para la primera mitad del siglo (2.862 pesos)
tenemos que casi lo duplica, aunque cabe destacar que el número de dotes
también es superior (54 contra 39 cartas de dotes).
Como ya lo hemos mencionado
anteriormente, uno de los rubros que componían las dotes fueron las
“propiedades urbanas”. Del análisis general de este rubro se puede establecer
que en muy pocos casos se han transferido “bienes urbanos” a las contrayentes.
Así, de un total de 54 casos analizados, sólo 16 recibieron “casas de morada”
en su carta dotal. En lo referido a “tiendas y trastiendas”, por ejemplo, fue
Doña Antonia de Saravia –hija del Maestre de Campo Don Joseph Saravia- una de
las tres mujeres que recibieron este tipo de inmueble urbano cuyo valor
ascendió a 1.550 pesos[43].
En otros rubros, tales como “aposentos” y “solares” la tendencia sigue siendo
similar. Entre las más representativas se encuentran los “aposentos” entregados
a Doña María Francisca de Aguirre tasados en 2.361 pesos[44].
En lo que respecta a los “bienes
inmuebles rurales” y haciendo particular referencia a las “estancias”, tenemos
que del conjunto de las cartas analizadas tan sólo seis casos recibieron este
tipo de propiedad. Uno de ellos corresponde a la dote entregada a Doña María
del Carmen Costas y Gauna, casada con Don Juan Antonio Santibáñez. El valor de
la estancia transferida por vía dotal ascendía a 2.300 pesos[45].
Otro caso es el de Doña Manuela Polo, quien recibió una estancia valuada en
2.100 pesos[46]. La chacra valuada en
2.500 pesos y que fuera otorgada a Doña Lorenza de
Del análisis de la variable “bienes inmuebles”
tenemos que tan sólo representa el 26% del total de bienes distribuidos por vía
dotal, mientras que el 74% estuvo conformado por bienes considerados muebles.
De los porcentajes que se pueden establecer entre los indicadores “menajes de
uso diario” y “ganado” tenemos que: el 70% se corresponde con el primer
indicador y tan sólo un 4% con el segundo. Ello nos lleva a analizar el 70% de
los bienes que comprenden el rubro “menajes de uso diario”. De conjunto de
bienes sólo se destacan dos “Dinero” con 23% y “Vestimentas” con 12% del total
de los bienes dotales. Como ya lo dijimos, de las “vestimentas” que habían sido
predominantes en el medio siglo anterior (Ver cuadro nº 3) se pasa al “dinero”
como un bien que aparece aparentemente en mayor proporción en las dotes. Las
explicaciones de este cambio podrían ser tres: a) las transformaciones
producidas en el espacio regional debido a las reformas borbónicas produjeron
una reactivación económica que permitió una mayor liquidez entre los
patrimonios familiares. Ello queda corroborado en el hecho de que de un total
de 54 dotes el dinero aparece en un 72 %, mientras que en tan sólo un 13% está
representado por instrumentos de débito que serían indicativos de falta de
liquidez, ; b) debido a una mayor apertura comercial hacia la década del ’70 se
produjo una mayor oferta de vestimentas y otros bienes destinados al uso
doméstico, lo que hizo que estos bienes fueran perdiendo las características de
capital acumulable frente a otros tipos de bienes como el dinero, los esclavos
o la plata y las joyas y, 3) el flujo migratorio de comerciantes, la
reactivación mercantil, la necesidad de forjar alianzas entre peninsulares y
las familias notables, etc. produjeron efectos en el que el “dinero” se
transformó en el bien más valorado para los intercambios materiales y simbólicos.
Con
lo sostenido anteriormente y a partir de los índices porcentuales, queda
demostrado que las dotes entregadas entre 1751 y 1826 no constituyen un mecanismo
de transferencia de bienes económicamente productivos (estancias, chacras,
haciendas, etc.), sino que tuvo como propósitos: a) la de mantener a la nueva
pareja constituida, b) la de ofrecer mayores ventajas en las alianzas entre los
notables, mediante mecanismos de reciprocidad que se proyectaron a largo plazo
en función de beneficiarse de una red social y c) la de contribuir, a través de
determinados bienes, al reforzamiento de las identidades de género. Con ello,
queremos decir que la concesión de dotes dependió de
los intereses de los miembros masculinos de las familias notables, en tanto
respondieron a una política matrimonial tendiente a la formación de alianzas de
familias. Con esta política, las familias notables lograron consolidarse en el
espacio, a partir de la maximización de los beneficios que se podía obtener de
las uniones matrimoniales y del intercambio de bienes materiales y simbólicos.
Del análisis realizado sobre los
indicadores y categorías correspondientes a los “bienes muebles”, es posible
establecer algunas aproximaciones que nos permite relativizar lo dicho respecto
al rubro “dinero” de las contrayentes en este período (Ver cuadro nº 1). Si
sumamos los porcentajes correspondientes a “plata y joyas”, “vestimentas”,
“muebles”, “imaginería” y “esclavos” frente al correspondiente a “dinero”,
tenemos que representan un total del 31% del total de los bienes transferidos
por vía dotal frente a los 23% que habíamos señalado como significativo para el
rubro monetario. Este porcentaje obtenido de la suma de los bienes que componen
el denominado “ajuar de la novia”, nos permite demostrar que a pesar del
evidente incremento en proporción del rubro “dinero”, motivado por las tres
explicaciones citadas con anterioridad, fueron los bienes asociados con la
feminidad los que siguieron predominando.
Del total de las 54 dotes estudiadas (Ver
Cuadro nº 2), en 41 de ellas presentaron “plata y joyas”, “vestimentas” y
“muebles”, en 32 “esclavos” y en 12 “imaginería”. En lo referido a la
frecuencia de aparición del dinero en las dotes, por otra parte, los
indicadores arrojan que aparece en 39 del total de dotes, lo que significa un
72%.
Estos índices resultan significativos y
permiten establecer cambios y continuidades entre las dotes en la primera mitad
del siglo XVIII -en donde no se hallan manifestados ni dinero ni instrumentos
de débito- y aquellas que se otorgaron en la segunda mitad del siglo y
principios del XIX[47].
En que respecta a los cambios, podemos mencionar el cambio en la distribución
de los bienes debido al notable incremento del “dinero” en las dotes. Como ya
lo explicamos, tiene relación con los cambios en la producción y circulación
manifestados en el espacio debido a la reactivación de la producción minera en
el Alto Perú, que motivó una mayor liquidez monetaria. En consecuencia, la presencia
de una mayor cantidad de dinero en las dotes estaría denotando una mayor
presencia del mismo en los patrimonios familiares. De acuerdo a la situación
planteada anteriormente de reactivación de la producción, es posible explicar
el porque no se han transferido “bienes inmuebles rurales” en las dotes. Dados
que éstos eran destinados a la explotación económica por los miembros de las
familias notables, no resultaba oportuno el desmembramiento de los mismos,
puesto que la reactivación mencionada les permitía beneficios. En lo que se
refiere a las continuidades, se observa a través de los indicadores que hubo
una hegemonía de los bienes que formaban parte de “ajuar de la novia”, lo que
corrobora lo dicho respecto a las dotes como mecanismo destinado a reforzar las
diferencias entre los sexos y por ende, la exclusión de las mujeres.
Una realidad contrapuesta fueron las
dotes entregadas por la nobleza limeña del siglo XVIII, en las que se observa
una mayor presencia de propiedades inmuebles -casas en la ciudad, quintas,
huertas, chacras o haciendas-, alhajas y mobiliario. Al respecto, Rizo Patrón
señala que la elevada presencia de ropa en las dotes fue una característica de
las élites provinciales sin mucha fortuna[48].
Esto se comprueba con los datos referidos a la sociedad sanjuanina colonial
-provincia de Cuyo-, en la que se observan similares características a las
señaladas por Rizo Patrón para el caso limeño; según Fanchin, a excepción de
las mujeres de élites -que predominantemente recibían propiedades inmuebles,
alhajas y esclavos-, la mayoría de las mujeres sanjuaninas recibieron sólo la
ropa de su uso[49]. Una situación similar a
la indicada por Fanchín y Rizo Patrón, es la que observó López Beltrán en
Como lo hemos visto, las dotes otorgadas
por las familias notables estuvieron compuestas principalmente por una elevada
presencia del “ajuar de la novia” (31%). Esta característica corrobora las
opiniones de Rizo Patrón, respecto a la composición de las dotes otorgadas en
las provincias de interior y nos indica sobre la modestia de los patrimonios de
las familias salteñas; esto se explica, por un lado, por su condición
periférica y de frontera de los centros administrativos y económicos y, por
otro lado, por la base económica -agrícola/ganadera-, cuya renta diferencial no
se comparaba a las obtenidas en la esfera de producción minera o del comercio monopólico
limeño o mexicano.
Como ya se dijo con anterioridad, queda
claro en los casos analizados entre 1751 y 1826 que la función de la dote no sólo
era la de aportar un capital inicial a la nueva pareja, que era reducido sólo
al “trousseau ”, sino de reforzar una
identidad de género femenino ya construida por procesos previos de
socialización. En consecuencia, lo conveniente es agregar que la presencia
mayoritaria de bienes que correspondían al “ajuar” de la novia nos indican que:
a) las familias incluyeron en las dotes
objetos improductivos posiblemente de manera estratégica, puesto que los bienes
económicamente importantes –aquellos que permitían una renta diferencial como
la tierra- eran los que les permitirían salvaguardar su patrimonio y, en consecuencia,
el linaje;
b) el hecho de que el gran porcentaje de
bienes que componían las dotes estaban relacionados con el “ajuar de la novia”
nos indica respecto a la condición de inferioridad jurídica de las mujeres,
quiénes fueron vistas con fines de establecer alianzas de tipo familiar que
terminaban beneficiando a los hombres de las familias. Desde esta perspectiva,
las mujeres no fueron vistas como actores sino como parte del núcleo
patrimonial que permitiría a largo plazo beneficios materiales. De allí que se
explica la necesidad de moldear actitudes, comportamientos, sexualidad y cuerpo
de las mismas, que se construyen en función de las expectativas de la dominación
masculina y;
c) las dotes contribuyeron a forjar las
identidades de género. Ello significa lo siguiente: la gran proporción de
bienes correspondientes al “ajuar de la novia” transferidos en las dotes tuvo
relación con estrategias de reproducción de las familias de élite, pero además
con un modo de establecer identidades de género a partir de referencias como
los bienes que permitieron establecer diferencias sexuales. Así, por ejemplo,
mientras que a las mujeres les correspondió aquellos bienes relacionados con la
feminidad, a los varones, en cambio, les tocaba aquellos bienes productivos que
transferidos mediante herencia reforzaban su masculinidad. De esa manera, a
través de la transferencia de bienes mediante las dotes y la herencia, se
impuso una jerarquía genérica.
4. De los efectos de la guerra por la independencia en
las dotes matrimoniales: una aproximación
Para
fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, otros serán los elementos que
definirán la distinción entre los miembros de la sociedad. Debido a las modificaciones
operadas en el esquema de la administración borbónica, se comienza a vislumbrar
una serie de cambios particularmente en el sector de la élite debido al ascenso
al poder local de los comerciantes peninsulares y al proceso de reconversión
del capital por el cual atravesaron algunas familias tradicionales de Salta[51].
Es en este período, en donde comienza a privilegiarse la riqueza de los
comerciantes, quienes por medio de las alianzas por matrimonio lograron acceder
a los cuadros del poder político local (Cabildo) y a las ventajas de pertenecer
a una red social compuestas por los vecinos tradicionales y por los nuevos
comerciantes[52].
En
relación a las transformaciones operadas a nivel de las interacciones entre los
sexos, se puede argüir que dada
En
lo referido a la transmisión de bienes dotales, por ejemplo, la guerra por la
independencia tuvo repercusiones sobre la dinámica de la transferencia de
bienes a través de las dotes –habría que analizar también los testamentos de la
época- entregadas por las familias más encumbradas de Salta.
En la documentación analizada se advierte
que los montos de las dotes varían, dependiendo si fueron entregadas antes o
durante la guerra gaucha, entre los
Del producto de un análisis más
exhaustivo de la documentación distribuida entre 1800 y 1818, hemos podido
distinguir los siguientes aspectos:
-
Se
ha trabajado sobre la base de 18 cartas dotales.
-
Se
registraron dotes en los siguientes años: 1800(1); 1802(1); 1804(3); 1806(2);
1807(2); 1808(4); 1812(2); 1818 (3).
-
No
se registran cartas dotales en períodos de conflicto bélico a excepción de
1818, lo que nada nos asegura que no hayan sido protocolarizados o entregadas
de palabra debido a ser montos poco significativos. Suponemos que debido a las
necesidades de una “economía de guerra”, los bienes familiares debieron ser
orientados al financiamiento de la guerra.
-
El
monto promedio de las dotes entregadas en el período asciende a 4.254 pesos.
Dicho monto es inferior al promedio de los bienes transferidos, obtenido entre
el período de 1750-1826 (4.772 pesos) y que incluye el período del que
obtuvimos el índice. En relación al promedio correspondiente a la primera mitad
del siglo XVIII (2.862 pesos) tenemos que si bien lo duplica, cabe destacar que
el número de dotes es inferior: 18 contra las 54 cartas dotales de la segunda
mitad y las 39 de la primera mitad del XVIII.
-
El
promedio obtenido para 1800-1818 manifiesta una clara tendencia hacia abajo, la
que se corresponde con las transformaciones dadas en las primeras décadas del
siglo XIX y que guardan relación con
- En muchas ocasiones, se advierte que si bien se manifestaba la
entrega de bienes dotales a los contrayentes, este hecho se hacía efectivo
mucho tiempo después debido a las condiciones imperantes por la economía de
guerra independentista que afectó al espacio:
(…)
que era el corriente que en aquella epoca tenian estas especies importante todo
la cantidad de doscientos cinqta. Y otro. ps. otro rs. de la que por entonces
no le pudo formalizar el competente resguardo por varios motivos que se lo
embarazaron y fueron ocasionados por la guerra que se presento (…)[53].
Un aspecto sobresaliente es que aquellos
bienes que normalmente se transferían a través del mecanismo de la dote, que
eran generalmente “ajuar de la novia” y “ganado”, fueron los que más utilidad
tenían para los ejércitos patriotas. Así, por ejemplo, el ganado vacuno, mular,
ovejuno, el dinero, bienes muebles, platería y joyas, etc. eran destinados al
financiamiento de los gastos de la guerra. De acuerdo al análisis realizado,
pensamos que la coyuntura bélica independentista afectó de manera relativa a
los hombres (aunque estos tuvieron que formar parte de las tropas), puesto que
se vieron menos perjudicados en su posición en relación a la conservación de
los bienes patrimoniales, dado que tradicionalmente en ellos recaían un gran
porcentaje de las propiedades inmuebles. En cambio, se advierte que la posición
que ocupaban las mujeres en relación a los bienes patrimoniales se vio
directamente afectada porque las familias que de manera forzada o no
contribuían con los gastos de la guerra destinaban aquellos bienes que formaban
parte de las dotes para el mantenimiento de las tropas. Como resultado de esta
práctica advertimos que hubo: a) una reducción del número de dotes entregadas,
la que seguramente también se vio condicionada por los efectos de
En síntesis, la práctica de transferencia
de bienes a través de las dotes fue una de las primeras que se vieron afectadas
por la coyuntura de las guerras por la independencia, debido a que los bienes
que se requerían para costear la guerra eran los mismos que las familias destinaban
para cumplir con la transferencia de bienes vía dotal. Empero a lo dicho y del
análisis de la documentación protocolarizada obtenemos el siguiente gráfico:
Fuentes: A.B.H.S. Protocolos Notariales,
1800-1818
De los bienes que preferentemente se
transferían a través de las dotes tenemos que en primer orden están las casas
(bienes inmuebles urbanos) (20.5 %), en segundo el dinero (17%), en tercer
lugar la platería y joyas (12%). Un índice significativo es el del rubro “otros”
(17%) en donde se ubican generalmente instrumentos de producción o bienes que
no podían ser relacionados con las categorías creadas a los fines de la
sistematización. Parece significativo que el rubro “vestimenta, que había sido
importante en la primera mitad del siglo XVIII, ahora representa un 7% del
total de los bienes.
Un rasgo interesante a destacar es la
situación de las propiedades inmuebles rurales en este período. De las 18
dotes, sólo en dos se registran transferencia de propiedades de este tipo.
Ambos casos son las de Doña María del Carmen Costas y Gauna –casada con Don
Juan Antonio Santibáñez- y la de Doña Manuela Antonia Costas y Gauna –casada
con Don Juan Antonio Murúa-, a quienes se les otorgan dos estancias por un
valor de 2.300 y 1.000 pesos respectivamente. Dicha transferencia tan sólo
refleja una situación generalizada en el siglo XVIII, que a las mujeres se les
concedía todos aquellos bienes “no productivos”.
Del análisis de las frecuencias de
aparición tenemos que el “dinero” aparece en 13 de los 18 casos estudiados;
mientras que “casas” en tan sólo 5 ocasiones. Este dato es interesante dado que
la hegemonía del rubro “casas” por sobre el dinero es posible gracias a la
cesión dotal a Doña María Josepha Texada y Blanco de una casa tasada por el
valor de 10.500 pesos. Esa suma hace que este rubro aparezca en la gráfica como
la más significativa, aunque si miramos la situación desde la frecuencia de
aparición advertimos que hay que relativizar los índices, particularmente el de
“casas”. En realidad, observamos que el dinero es el rubro con mayor trascendencia
en la totalidad de bienes dotales para esta época. Ello no es ajeno a la
tendencia advertida desde la segunda mitad del siglo XVIII. Frente a este dato,
tanto “esclavos” como “muebles” son lo que siguen en el orden con 11; mientras
que “vestimentas” y “plata y joyas” aparecen en 10 oportunidades. Los
instrumentos de débito que eran frecuente en el contexto de la mercantilización
del espacio en la segunda mitad del siglo XVIII, en este período ya no aparecen
con frecuencia.
Un
dato significativo y que estaría mostrando la situación de los patrimonios en
este período es que los montos que aparecen asociados a “vestimentas”, por
ejemplo, son poco significativos a nivel económico (no superan los 2.000
pesos). En cuanto al dinero, la tendencia es similar puesto que de los 13
casos, 1 es de 6.000 pesos; mientras que el resto se distribuye entre los
En
síntesis, las prácticas sociales de las familias salteñas se vieron
profundamente afectadas como consecuencia de las guerras gauchas, debido a las
condiciones político-económicas imperantes. Es evidente entonces que,
históricamente, fueron los más desvalidos los que padecieron los efectos de la
guerra; en este caso y en ausencia de un resguardo jurídico-legal, las mujeres
de élite fueron una de las principales damnificadas puesto que su patrimonio se
vio recortado y manipulado en función de los intereses masculinos.
Conclusión
Lo
que en la presente investigación se pretendió fue el análisis de la transmisión
de bienes patrimoniales realizada a través de las dotes matrimoniales otorgadas
por las familias notables de Salta entre 1751-1826. Con ella, se demuestra que
las dotes matrimoniales no fueron el principal mecanismo de transferencia de
bienes patrimoniales.
Las familias salteñas del período
colonial y de principios del siglo XIX, lograban aplicar el marco legal de la
“herencia castellana” –reparto igualitario entre los herederos forzosos varones
y mujeres- sin eludirla, pero también repartir los bienes de acuerdo a una
racionalidad –adelanto de la legítima- que garantizara la reproducción social
de las familias notables de Salta, aún en contexto de deterioro patrimonial
frente a situaciones como las luchas independentistas.
De lo dicho anteriormente, se concluye:
-
Que
las dotes matrimoniales, además de indicativo respecto al modo de cómo orientaban
los bienes patrimoniales, también evidencian la violencia simbólica a la que
fueron sometidas las mujeres, en tanto como dominadas naturalizaron y
reprodujeron pautas respecto a las condiciones de su matrimonio. Esto significó
que ellas se situaran dentro de la sociedad no en relación a ellas mismas, sino
a los bienes patrimoniales que se transferían junto con ellas en las dotes. Las
mujeres aceptaron y nunca cuestionaron su condición de subordinación, dado que
la sociedad impuso pautas culturales que las situaban en condiciones de
inequidad de género. Por otra parte, en el período republicano, la violencia
simbólica se manifestó en el hecho de que los hombres llegaron a disponer –como
consecuencia de
-
Que
los hombres se valían del sistema legal – Real Pragmática y Novísima Recopilación-
para disponer de las mujeres en lo referido a las políticas matrimoniales y
patrimoniales. Los hombres fueron los que se autodefinieron, a través de un
proceso de construcción social, como los únicos capaces de poder disponer de
manera racional de los bienes patrimoniales. De acuerdo a los intereses de
corte masculino, ello significó que también podían disponer de las mujeres, en
tanto ellas formaban parte del patrimonio familiar. Fueron consideradas como un
bien patrimonial más y en consecuencia, posibles de ser intercambiadas sin
restricciones. De allí, la necesidad de los hombres de generar diversas
prácticas de control sobre su cuerpo, su sexualidad, sus actitudes y sus modos
de pensar. En este sentido, las Leyes y
-
En
relación a las transformaciones operadas a nivel de las interacciones entre los
sexos, se puede argüir que dada
-
De
acuerdo al análisis realizado, sostenemos que la coyuntura bélica
independentista afectó de manera relativa a los hombres (aunque estos tuvieron
que formar parte de las tropas), puesto que se vieron menos perjudicados en su
posición en relación a la conservación de los bienes patrimoniales, dado que
tradicionalmente en ellos recaían un gran porcentaje de las propiedades
inmuebles. En cambio, se advierte que la posición que ocupaban las mujeres en relación
a los bienes patrimoniales se vio directamente afectada porque las familias que
de manera forzada o no contribuían con los gastos de la guerra destinaban
aquellos bienes que formaban parte de las dotes para el mantenimiento de las
tropas. Como resultado de esta práctica advertimos que hubo: a) una reducción
del número de dotes entregadas, la que seguramente también se vio condicionada
por los efectos de
Las dotes matrimoniales deben ser vistas
como una manera de comprender la compleja red de relaciones que se establecía a
través de las diferentes formas de interacción entre los sexos, dado que
gracias a ella es posible no sólo corroborar la posición de subordinación y opresión
de las mujeres sino además, cómo se aplicaron los mecanismos de dominación
masculina en el contexto de la sociedad salteña de fines del XVIII y principios
del XIX. Es decir, que a través de las dotes matrimoniales es posible establecer
las representaciones múltiples de esa dominación. Los símbolos, los conceptos
normativos, sus interpretaciones, las instituciones y las organizaciones
familiares fueron elementos constitutivos de un sistema patriarcal que condicionaba
las diversas políticas de acción tanto, masculinas como femeninas. En este sentido,
las identidades de género fueron estructuradas en torno a un control
diferencial que ejercieron los hombres sobre los recursos materiales y
simbólicos que conllevaba a una concepción y construcción del poder, aún en
tiempo de conflicto bélico.
El Instituto Güemesiano de Salta
representado por miembros del Consejo Directivo y socios, adhirió a los actos
efectuados a las 10,00 de la mañana en el Panteón de las Glorias del Norte, y al
posterior desfile frente al Monumento a Güemes, en la falda del cerro San Bernardo,
sobre avenida Uruguay.
Programó el acto académico a las 19,00 en su sede
de España 730. La apertura con palabras alusivas al aniversario del fallecimiento del
general Martín Miguel de Güemes, estuvo a cargo de la profesora Ercilia
Navamuel. Se cumplió la presentación de banderas y se entonaron las estrofas
del Himno Nacional Argentino y el Himno al Gral. Güemes. Luego,
Finalizó el acto, doña
Betina García Geraldyn, quien
recitó un poema
de su autoría, titulado: “A Martín Miguel de Güemes”. Retiro de las banderas.
DE MANUEL
BELGRANO Y MARTÍN GÜEMES
María Cristina FERNÁNDEZ ·
Martín Miguel Juan de Mata Güemes y Manuel del Corazón de Jesús
Belgrano compartieron principios, ideales y estrategias en el ámbito militar,
político y social durante el movimiento independentista de nuestra Patria. Esas
características, que los unieron en la lucha por la libertad, fructificaron en
uno de los sentimientos más nobles y puros que puede unir a los seres humanos:
la amistad.
Martín Güemes conoció a Manuel Belgrano en algún momento de su vida que
no puedo precisar. Quizás durante las invasiones inglesas en las que ambos participaron
defendiendo Buenos Aires o quizás cuando Belgrano arribó a la tierra gaucha al
tomar el mando del Ejército Expedicionario al Alto Perú. Lo cierto es que entre
los años 1816 y 1819 Martín Güemes y Manuel Belgrano mantuvieron una prolífera
correspondencia epistolar cuya lectura nos permite conocerlos interiormente.
Sus valiosas plumas registraron las vivencias que originaban los sucesos de los
que fueron protagonistas.
En estas simples líneas pretendo evocarlos desde esa humanidad no
siempre valorada. Ambos fueron hombres de armas, amaron y sufrieron por
Todo ello se conjuga en este trabajo, basado en las cartas transcriptas
en obras documentales e investigaciones de importantes autores con el anhelo de
rendir un respetuoso homenaje a la amistad de Martín Güemes y Manuel Belgrano,
nacida y consolidada al son de
1. “Sus virtudes y servicios militares no son tantas ni de tanto valor
como se ponderan vulgarmente”
Martín Miguel Juan de Mata Güemes, de
padre español y madre jujeña, nació en Salta el 8 de febrero de
Durante la defensa y reconquista de Buenos Aires luchó formando parte
de las tropas organizadas por Santiago de Liniers, en 1806 y 1807. Por su
destacada participación fue premiado por el Rey de España. De regreso en su
tierra natal, en 1808, el gobernador de
En 1812 Juan Martín de Pueyrredón, Jefe del Ejército Expedicionario
solicitó ser reemplazado por razones de salud. Pueyrredón consideraba un
infortunio tal cargo ya que, según sus palabras, era un cuerpo enfermo con sus
miembros corrompidos. Varios integrantes de este Ejército, en vistas de la
disciplina y éxito con que las milicias salto jujeñas se desempeñaban, sembraron
por doquier intrigas y falsas acusaciones contra Güemes. Cuando Manuel Belgrano
asumió el mando del Ejército le transmitieron estas apreciaciones, que fueron
refutadas por Pueyrredón. Güemes tenía entonces 27 años, el general 42.
Belgrano
priorizó el saneamiento de la desmoralizada fuerza adoptando medidas que
consideró ejemplares. Una de ellas fue el traslado de oficiales entre los que
incluyó a Güemes. El
salteño fue trasladado primero a Santiago del Estero y luego a Buenos Aires.
Allí solicitó conocer las causas de dicha medida que –según expresara-
degradaba su honor y distinguidos servicios. El gobierno pidió informes a
Belgrano quien convencido de su justicia respondió: “Si el Teniente Coronel don
Martín Güemes procede con el honor que corresponde a su carácter, se abstendría
se le hiciera saber las causas que dieron motivo, no a ser confinado, sino a
que marchara para esa Capital a disposición de V. E., pues él no puede
ignorarlas cuando su propia conciencia le debe acusar de que su vida escandalosa
ha sido demasiado pública en Jujuy y después en esta Ciudad y la de Santiago
del Estero”. Sostiene después
que, “las virtudes y servicios militares
de este individuo, de que ha sido informado V. E., no son tantas ni de tanto valor
como se ponderan vulgarmente. Virtudes, ciertamente, no se le han conocido
jamás, y sus servicios han sido manchados con ciertos excesos, o mejor diré
delitos de que tengo fundamentos muy graves para creerlos, aunque no documentados.
Por lo mismo considero que no podrá ser útil en este ejército, que trato de
depurarlo de toda corrupción a toda costa...Si vuestra excelencia considera que
este oficial, absteniéndose de su relajada conducta, puede ser útil a
El gobierno dispuso que
Güemes permaneciera en Buenos Aires durante todo 1813 en el Estado Mayor. Nótese que Belgrano expresó tener fundamentos
graves para creer en ciertos excesos de Güemes, pero no documentos. Pareciera
que el general hubiera querido sintetizar en el informe las mal intencionadas
referencias que recibiera de los detractores del Oficial, de lo cual no podía
dar fe. Quizás ello restó credibilidad a las imputaciones realizadas.
Cuando Belgrano afirma que las virtudes y servicios militares de Güemes
no eran tantas ni de tanto valor como se ponderaban se suma al juicio de los
detractores. El no podía ignorar los méritos del salteño que a partir de 1806
era ascendido por sus destacadas actuaciones, como integrante del ejército real
primero y como soldado de la revolución después.
Sus expresiones se trocaron con el tiempo en valoración, admiración y
afecto. En la carta que escribiera a Güemes luego de reasumir el mando del
Ejército Nacional podría inferirse el arrepentimiento del prócer respecto a
esta conducta: “Como yo he hecho ostentación de la amistad de Ud. en
consecuencia de que habían hablado algunos de que Ud. no la tendría conmigo,
así porque lo mandé a Buenos Aires, como porque a Rondeau dicen que Ud. le
manifestó que no me admitiría, seguramente se han venido a valer de mí para que
me empeñe con Ud. y yo me he gloriado de esto, conociendo que aquél ridículo
concepto ya no existía”. (9 de setiembre de 1816).
En 1816 Belgrano consideraba ridículo concepto lo que
cuatro años antes consideró delitos, quizás sorprendido en su buena fe. Este
tipo de acciones determinó que por ejemplo el historiador salteño Bernardo
Frías opinara que la ligereza del temperamento de Belgrano fue causa de
apresuradas e injustas determinaciones.
Por su parte el Gral. Tomás de Iriarte, quien llegó a
América integrando el grupo de oficiales encabezados por el mariscal José de
Durante su permanencia en Buenos Aires Güemes conoció a
José de San Martín. Cuando a raíz de las derrotas
de Vilcapugio y Ayohúma se decidió reemplazar a Belgrano por San Martín, Güemes
le ofreció sus servicios. San Martín elevó un informe favorable expresando: “La
opinión y concepto de este oficial y sus servicios constantes por la causa me
hacen interesarme a V.E a fin de que su solicitud tenga el éxito que solicita”.
El gobierno accedió al pedido y nombró a Güemes Teniente Coronel el 7 de
diciembre de 1813.
Güemes acompañó a San Martín desde Buenos Aires hasta
Yatasto donde ambos se reunieron con Belgrano en enero de 1814. Allí, según el
Dr. Martín Gabriel Figueroa Güemes, se reconciliaron Martín Güemes y Manuel
Belgrano. San Martín encomendó entonces a Güemes cubrir la línea del Río Pasaje.
Al
hacerse cargo del Ejército San Martín dijo: “Tengo la desgracia de haber
tomado el mando de un ejército derrotado cuyos oficiales parece no han escapado
de las manos del enemigo sino para prepararle la conquista del resto de las
provincias. Las armas de
2. Correspondencia de Güemes y
Belgrano
Se define como correspondencia el acto de corresponder. El conjunto de
cartas que se escribieron Güemes y Belgrano, además de constituir documentos de
alto valor confidencial e histórico, expresa lo que literalmente significa la
palabra corresponder: pagar con igualdad afectos, beneficios o agasajos. Amarse
recíprocamente.
En la obra Güemes Documentado se registran 129 cartas que Belgrano
dirigiera a Güemes y éste
La primera carta que se conoce que Manuel Belgrano escribió a Güemes es
del 3 de agosto de 1816 y fue escrita en Tucumán. La última fue redactada en Pilar,
el 10 de setiembre de 1819. En un mismo mes Belgrano dirigió a Güemes numerosas
cartas. Por ejemplo: desde Tucumán, en agosto de 1816, le envió siete cartas
(fechadas el 3, 8, 13, dos el día 18, 21 y 26). En 1819 le escribió solamente
once. Su lectura nos enriquece al revelarnos su encuentro espiritual y sus
vivencias. Por ellas se conocen tácticas y estrategias militares, sucesos,
personajes de la época, recursos, penurias, enfermedades, tratamientos, etc.
En la primera carta que se conserva, Belgrano escribe a Güemes: “Mi
estimado paisano y amigo: El Congreso me ha pasado una representación de usted
y otra del Marqués para auxilios. En cuanto al dinero que usted solicita, dispondré
inmediatamente y en cuanto a los caballos se harán las más vivas diligencias
para obtenerlos, lo que me parece difícil es que estén gordos en la estación
presente como Ud. sabe; pero no quedará por falta de encargo, y presenciar lo
que se mande. El pensamiento de Ud. es excelente; conviene animar la moral del
soldado con pequeñas victorias y creo que tal vez pueda tener Ud. una que le
llene de gloria y no menos restituya el concepto a nuestras armas que por
desgracia está muy abatido”. En
esta carta, de carácter militar, hay dos palabras significativas para la
presente evocación: estimado y amigo.
Posteriormente las expresiones de afecto se van intensificando, como lo
demuestran las siguientes transcripciones:
·
“Mi amigo y compañero
querido: antes de anoche llegó Redhead y tengo mis buenos momentos con él. Me
río, me alegro, me entristezco, me incomodo; en una palabra mi alma recibe
todas las impresiones que producen los asuntos que nos entretienen, todos,
todos de patria y de Salta en particular...” Tucumán, 18 de febrero de
1817.
·
“No se canse Ud. de querer
a su Manuel Belgrano”. Tucumán, 3 de marzo de 1817.
·
...”Adiós, compañero querido,
mande Ud. a su Manuel Belgrano”. Tucumán, 10 de marzo
de 1817.
·
...”Corresponda Ud. a la
amistad de su siempre Manuel”. Tucumán, 18 de marzo
de 1817.
·
“Compañero y amigo muy
querido: siento que esté Ud. enfermo; no es extraño, Ud. no se cuida y al cabo
se paga el mal trato que da uno a su cuerpo. Cúrese Ud. y póngase bueno que nos
resta mucho que trabajar....” Tucumán, 10 de Julio
de 1817.
·
“Tenga Ud. presente en todas
circunstancias que es su amigo: Manuel Belgrano”. Ranchos, 18 de marzo de 1819.
·
“Continúo con alivio y
siempre dispuesto a servir a Ud. con toda la amistad que le profeso”. Papagayos, 7 de Junio de
1819.
Desde Salta, Güemes corresponde a estas expresiones:
·
El 27 de noviembre de 1817 le dice:
“Sin poderlo remediar, he molestado a usted demasiado, pero
merece toda disculpa su más apasionado compañero y constante amigo”.
·
El 19 de diciembre de 1818 le escribe una carta que comienza diciendo: “Mi mejor amigo y compañero...” y
finaliza: “Cuénteme Ud. siempre su verdadero
amigo”.
·
El 4
de Junio de 1819: “...Siempre es y será de Ud. amigo y compañero que lo
ama”.
En varias cartas los próceres tratan el tema amistad con una
maravillosa autenticidad. El 8 de agosto de 1816 Belgrano escribía a Güemes:
“...me basta la buena voluntad de Ud. y su disposición y me complacen sus
protestas de amistad, que nunca la hallará desmentida en mí, porque tengo por
principio no dejar de ser amigo de aquel a quien una vez dí ése título”.
“... Amigo y compañero por lo que hay de más sagrado en la amistad,
suplico a Ud. que le quite mi apellido a la partida a quien se lo ha dado ¿Por
qué quiere Ud. que se me aumente el número de enemigos? Yo diré que Ud. no me
quiere si lo conserva y espero deber a su favor condescienda a mi súplica”. Tucumán, 26 de diciembre de 1817. (En aquella época se acostumbraba dar
nombre a las partidas que tenían asignada alguna misión militar. Fueron famosas
por ejemplo:
En 1817 nació en Salta el
primer hijo del Gral. Martín Güemes y su esposa, Carmen Puch. Anoticiado
Belgrano de tal suceso, escribió: “Sea mil veces en horabuena, mi amigo y
compañero querido: felicito a Ud., a la señora doña Carmencita y a ambas
familias por el nuevo Martincito; celebraré que siga bueno, como igualmente su
mamá, a quien tendrá Ud. la bondad de hacerle presente mi complacencia por el
feliz éxito, y por haber dado un hombrecito a la patria que herede las virtudes
del padre y el amor de tan digna madre”.
Esta carta finaliza con una pregunta: “Aquí ha corrido
la especie de una alarma que tuvo Ud. una noche ¿Qué hay en el particular? Ud.
cuente siempre con su fiel amigo”. M Belgrano. Tucumán, 18 de setiembre de
1817. Esta “especie de alarma” que menciona Belgrano estuvo
motivada por un intento de asesinato que padeciera el Gral. Güemes en Salta.
Estas breves frases y párrafos bastarían para probar que la relación
que unió a los generales Manuel Belgrano y Martín Güemes superó el ámbito
militar. El análisis del todo que integran demuestra que entre ambos próceres
hubo una sólida e inquebrantable amistad.
3. La trascendencia de
una carta
El 6 de noviembre de 1816, desde Huacalera, Güemes decía a Belgrano: “Mi
amigo y compañero de todos mis afectos: Hace Ud. muy bien de reírse de los
doctores, sus vocinglerías se las lleva el viento, porque en todas partes tiene
fijado su buen nombre y opinión. Por lo que respecta a mí, se me da el menor
cuidado, el tiempo hará conocer a mis conciudadanos, que mis afanes y desvelos
en servicio de
El 18 de noviembre de 1816 Belgrano contestaba a Güemes: “Me honra
Ud. demasiado con el adjetivo virtuoso; no lo crea Ud., no lo soy; me falta mucho
para eso; tengo sí buenas intenciones y sinceridad y cuando me digo amigo y
conozco méritos en el sujeto, lo soy y lo seré siempre, como lo soy de Ud,
porque estoy al cabo de sus incomodidades, desvelos y fatigas por la empresa en
que estamos, sin embargo de que me han querido persuadir de lo contrario, no
los doctores sino una lengua maledicente que Ud. conoce, para quien nada hay
bueno; que en cuanto vino de ésa me hizo la pintura más horrenda, que a no conocerlo
yo, como lo conozco tiempo ha, me habría causado mucho disgusto...”.
Güemes, desnudando su alma y sus elevados sentimientos escribe a
Belgrano: “Güemes es honrado, se franquea con Ud. con sinceridad. Es un
verdadero amigo y lo será más allá del sepulcro. Emocionantes y
conmovedoras palabras... Con el tiempo se cumplió lo que Güemes sentenciara en
esta carta: “...si las generaciones presentes nos son ingratas, las futuras
venerarán nuestra memoria...”.
4. La constante amenaza
Durante todo el período en que se registra la correspondencia entre
Belgrano y Güemes, las Provincias que hoy constituyen el portal Norte de
nuestra Patria, Salta y Jujuy, permanecieron en estado de vigilia ya que el
país vivía momentos cruciales.
Por un lado, los ejércitos realistas
estaban concentrados en el Perú y el Alto Perú con objetivos claros: llegar a
Buenos Aires, someter al gobierno central y recuperar para la corona el dominio
del ex Virreynato. Por otro lado, el Ejército Patriota (al mando de José
Rondeau desde Julio de 1814) se encontraba en pésimas condiciones: escaso de
armas, municiones, provisiones y desmoralizado.
El 3 de mayo de 1816 fue designado
Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón. Este, luego de revistar el Ejército
Auxiliar que se encontraba en Jujuy, ordenó a Rondeau retroceder hasta Tucumán
para reorganizarlo y dio a Güemes la misión de defender la integridad de las
Provincias y la seguridad de ése Ejército. A partir de entonces (Junio de 1816)
sus tropas asumieron el rango de Ejército al servicio de las Provincias Unidas.
Al decidir esto Pueyrredón consideró que
Güemes, que había derrotado a las tropas de Joaquín de
La crítica situación en que se encontraba
el Ejército Nacional cuando en 1816 Belgrano asumió el mando, queda descripta
por su pluma en las siguientes palabras: “Yo estoy decidido a no mover el
Ejército mientras no se halle en estado de imponer por su subordinación, por su
disciplina y por su número para que halla como aprovecharse de la victoria o
resarcir pérdidas si las hubiere, y eso instantáneamente. He pensado seguir el
sistema de Fabio y nada me importará que griten los que ya quieren ver al
enemigo fuera, sin hacerse cargo de nuestro estado”. Belgrano, 26 de agosto
de 1.816.
Los salto jujeños soportaron todo el peso
de los avances de los experimentados, bien equipados y pagados ejércitos enviados
por España. Estos pueblos fueron arrasados pero cumplieron con el objetivo: no
permitir que el invasor llegara a Buenos Aires. Desde 1814 hasta 1821 las
tropas de Güemes resistieron y expulsaron nueve invasiones. Las más violentas
se produjeron mientras San Martín libertaba Chile y preparaba la expedición al
Perú.
En 1817 José de
Los invasores perdieron casi 4000 hombres (entre muertos, pasados y
prisioneros); centenares de caballos, mulas, municiones y pertrechos.
Regresaron al punto de partida en dramáticas condiciones y el ansia de venganza
posibilitó su reorganización y nuevos avances. Si Güemes hubiera tenido los
caballos que reclamaba, los vencidos no hubieran escapado y la larga y cruel
lucha por nuestra Independencia hubiera finalizado antes.
Desde Tucumán Manuel Belgrano testimoniaba la labor de Martín Güemes. Luego
del heroico triunfo sobre el temible Ejército de
El ascenso y la pensión fueron concedidos. La condecoración fue
diseñada por Belgrano y aprobada por el gobierno pero nunca se materializó
debido a la cantidad que debía entregarse, (6.610) a la renuncia de Pueyrredón
al cargo de Director Supremo y a la falta de recursos para solventarla.
Insistentemente Güemes solicitaba a Belgrano y a Pueyrredón armamentos,
víveres y ganado, para continuar defendiendo a las Provincias Unidas. Al no ser
atendidas sus necesidades quedó abandonado a su propia suerte. El solo,
extremando el sacrificio de su pueblo defendió la libertad de
Tras la expulsión de
El oficio concluye: “Este pueblo sufrirá dos meses el gravamen de
esta contribución forzosa, sobre tantas que han precedido; si en lo sucesivo
nuestros hermanos no nos auxilian mensualmente a proporción de la opulencia de
sus provincias, nos veremos con el mayor dolor compelidos a abandonarlo al
furor de los tiranos y buscar albergue, como las fieras, entre las selvas,
bosques, montes o cerros”. (27 de setiembre de 1817). El mismo día Güemes
escribía a Belgrano diciendo: “No puedo por más tiempo disimular las
urgentísimas necesidades que afligen a esta Provincia. El estado actual de su
fortuna no me presenta más que un semblante de miserias, lágrimas y agonía.
Belgrano remitió el oficio de Güemes a Pueyrredón, quien respondió el
28 de noviembre de 1817: “...decidida
Mientras los escritos iban y venían el Gral. Pedro Antonio de Olañeta
tomaba Humahuaca. Luego continuó su avance hacia Jujuy, de donde se vio
obligado a replegarse a fines de enero de 1818, debido al hostigamiento de las
tropas Güemistas. Güemes y Belgrano vivían la misma angustia: la falta de
recursos y sensibilidad de quienes se desentendieron de una guerra que se
peleaba por todos. Las cartas y oficios son importantes documentos que ayudan a
comprender la difícil situación que enfrentaban.
En los escritos se aprecia que a la permanente amenaza del enemigo
externo; la apatía del pudiente y a la falta de auxilios de las demás
Provincias, se sumaba la grave sequía que azotaba la región. La falta de lluvia
parecía aliarse a la pobreza general en que se encontraban los sufridos
habitantes, incrementando la angustia ante el riesgo de mortandad de animales y
pérdida de cosechas.
“Amigo
y compañero mío: los tales movimientos del enemigo, la seca y el un mil millones
de cosas han trastornado, por ahora, mis planes; pero si bajase esa canalla, no
hay remedio, voy a batirlos; pues estoy cansado de vivir en apuros e
incomodidades perpetuas, rodeado de necesidades y disgustos por todas
partes...” decía Manuel
Belgrano desde Tucumán el 26 de Noviembre de 1817.
Belgrano expone nuevamente la dramática situación el 3 de febrero de
1818: “Compañero y amigo mío: Qué circunstancias tan tristes en las que
estamos, para poder hacer uso de mi genio! El egoísmo ha ocupado el lugar del patriotismo
y aquél sólo es dable vencerlo con el dinero; éste no lo hay ¿a qué pues
apelaremos? ¿cómo remediaremos esta falta de caballos? Aquí sigue la tremenda
seca y no menos la de los corazones; sin embargo, voy a enviar a Ud. los únicos
restos de la caballada que en número de ochocientos me enviaron de Córdoba, de
los que remití a Ud. el año anterior trescientos”. En otro párrafo de la misma carta Belgrano dice a Güemes: “Compañero
Ud. no necesita para mí de rodearse ni de luces, ni de sombras, mi corazón es
franco, soy su amigo lo veo destinado al objeto común y esté cierto que lo que
tuviere le he de dar. Está visto que los enemigos deliran; déjelos Ud. andar
subiendo y bajando; ellos pierden siempre, como Ud. me dice y más han de
perder, cuando llegue la tremenda. Sólo esperamos los buques que ya no han de
tardar mucho; los verá Ud. temblar cuando se aparezca nuestra bandera bien
sostenida, en el Pacífico”. (Tucumán, 3 de febrero de 1818).
Cuando Belgrano expresa: “los verá Ud. temblar cuando se aparezca
nuestra bandera bien sostenida, en el Pacífico”, se refiere al desembarco
del Gral. José de San Martín en las costas peruanas, según el Plan libertador
del que los tres próceres participaban.
La falta de recursos obligó a Güemes a hipotecar sus propios bienes. El
27 de junio de 1818 informaba a Belgrano que iniciaba la marcha a Jujuy y que
debido a la miseria había solicitado un préstamo por cuya garantía de pago
ponía sus bienes y fincas. En el oficio que redactaba a fin de que Belgrano
informara al Director Supremo dice: “Es tan apurante la necesidad de
presentarme frente de la vanguardia con las tropas de que he dado parte a V. E.
vestía con este fin, que hubiera querido anticipar los momentos de mi marcha.
Escaso de todo auxilio para esta importante expedición, he premeditado algún tiempo
el medio menos gravoso a un vecindario agobiado ya, con los repetidos
sacrificios que en obsequio de la causa de nuestra independencia ha sufrido y
sufre; y el único ha sido, el pedir a este comercio dos mil pesos, hipotecando
en seguro de ellos, caso que a letra vista no sea abonada por el excelentísimo
señor Supremo Director del estado, la libranza que he girado a favor de don
José Joaquín de Bedoya, las fincas de mi propiedad, cierto de que V. E.
interpondrá sus respetos a la acreencia de tan digna mira. Dios guarde a V.
E...”. Belgrano elevó el
oficio a Pueyrredón el 3 de Julio de 1818 expresando en un párrafo: “... él
suplica su abono en los términos que del mismo oficio resulta. La superioridad
de V.E. resolverá lo que estime más conveniente”. Parece ser que el Estado
no abonó este ni otros préstamos ya que Güemes perdió la mayoría de sus bienes.
5. Un vínculo a prueba
de demonios
Güemes y Belgrano, por enarbolar los principios de amor y defensa de la
libertad de nuestra Patria, fueron destinatarios de numerosas intrigas y
traiciones. En sus escritos los próceres describen los sentimientos que
generaban las actividades de sus enemigos internos. Güemes los llamaba gavilla
de ambiciosos y advertía que sus crímenes y delitos los mantendrían agitados y
descontentos hasta el fin de sus días.
En el caso de Güemes –incluso- se atentó contra su vida en varias
oportunidades. La última traición lo llevó a la tumba, el 17 de junio de 1821,
un año después de la partida de su querido amigo Manuel.
En 1817 un hecho puntual pone a prueba la sinceridad y franqueza de los
próceres. A fines de noviembre el Gral. Martín Miguel de Güemes fue informado
que un oficial de apellido Madrid, enviado por Belgrano con una partida al
noreste de Salta, había recibido cartas que lo incriminaban como autor de
órdenes y documentos apócrifos. Güemes sabía que sus rivales continuamente
sembraban la confusión por distintos medios pero no aceptaba que el mencionado
jefe hubiere creído, injusta y ligeramente, lo que recibió.
La carta en la que informa tal circunstancia a Belgrano es la más
extensa de las que se conservan. La comenzó disculpándose por las incomodidades
y dolores de cabeza que generaría en Belgrano su lectura. En algunos párrafos
dice: “...Halla Ud. en su conciencia, el más leve rastro o indicio en que se
apoye tan horrorosa falsedad? ¿Es éste el pago que da a mis servicios? Válgame
Dios, compañero amado; estoy fuera de mí y no sé qué partido tomar... ¿Qué monstruo
ha abortado este infernal bostezo? No nos cansemos compañero mío. Esta es la
peor y más sangrienta guerra que nos devora. No merecemos ser libres: confesémoslo
sin rubor. Esta es la prisión de jujeños por Belgrano, que dicen los enemigos
en su proclama. Esta es la ocurrencia que hizo variar nuestros planes, y esta
es la única esperanza que tienen aquellos para sojuzgarnos: la guerra
intestina; porque conocen nuestra debilidad y porque saben que no castigamos
los delitos, ni premiamos la virtud. No me niegue Ud. que somos tanto o más
bárbaros que ellos”... Güemes finaliza la carta diciendo: “Sin poderlo
remediar, he molestado a Ud. demasiado, pero merece toda disculpa su más apasionado
compañero y constante amigo”. Martín Güemes. Salta, 27 de noviembre de
1817.
El 3 de diciembre de 1817 Belgrano le responde: “...Ahora quiero yo
quejarme de Ud. con Ud. mismo. ¿Con qué razón, o por qué me ofende Ud. diciéndome
“parece que se desconfía de mí”? No sea Ud. injusto compañero mío con su mejor
amigo: la retirada de Madrid no proviene de un chisme, ni de demonio alguno que
no tiene entrada conmigo; proviene de que no tengo caballos ni mulas que
enviarle, de que las espadas no están concluidas, de que no hay cómo enviarle
sobre doscientas monturas que necesita, de la falta de armamento de que se me
queja y de la escasez de numerario en que me veo... Persuádase Ud. de que hablo
con franqueza y le he de hablar siempre aunque Ud. no me quiera oír, debe Ud.
haberlo visto en mi correspondencia. Lo que hiciere mal, según mi concepto,
valga lo que valiere, se lo he de decir, no sólo por la causa común sino porque
tengo interés en que Ud. salga con honor y brillo; yo he procurado dar a Ud.
opinión en todas las provincias y fuera de ellas y es visto que me he comprometido
a favor de Ud. porque lo he creído de justicia. Acuérdese Ud. de lo que le dije
en el balcón del cuarto de Gurruchaga de lo que se decía sobre nuestras
conferencias que todos ignoraban, y, a decir verdad, las ignoran, menos el
Supremo Director que es amigo nuestro. Yo no creo que Ud. trate de engañarme,
ni yo creo que Ud. se piense que yo trato de engañarlo: fuera de nosotros
desconfianzas mutuas; la amistad que nos profesamos no puede reinar así. Mi
corazón es franco y no puede ocultar sus sentimientos: amo además la sinceridad
y no podría vivir en medio de la trapacería que sería precisa para conservar un
engaño; sólo a las pobres mujeres he mentido diciéndoles que las quiero, no
habiendo entregado a ninguna, jamás, mi corazón.” Cabe destacar que ésta es
la única carta en la que Belgrano menciona su relación con las mujeres
confesando que sólo a ellas ha engañado, brindando un nuevo elemento para el análisis
de su vínculo con Güemes.
El 18 de diciembre del mismo año y sobre la misma intriga Belgrano
escribía a Güemes: “Compañero y amigo querido: Madrid llegó después de infinitos
trabajos en sus marchas. Lo primero que traté de indagar fue el origen de sus
desconfianzas con un fiel servidor de la nación y además amigo mío, y sólo he
sacado en limpio las voces de la vulgaridad y que no había quién no hablase de
que se intentaba contra la división; pero que aunque él no daba crédito, como
era regular, tomó las precauciones de seguridad que creyó propias de su
obligación. De todo deduzco que los mal intencionados, los infinitos que andan
esparcidos y en ejercicio de la chismografía para indisponer a unos y otros, y
que la unión que existe entre nosotros se rompa esparcieron esas voces, y que
no hubo sindéresis para discernir y por consiguiente despreciar voces vagas e
insignificantes; bien puede pesarle a todos los demonios, pero en mí no tendrán
jamás cabida”.
El hecho reseñado fue un nuevo
intento para enfrentar a Belgrano y Güemes, sus autores se desconocen. Güemes expuso
la situación a Belgrano sin ocultar su impotencia, confusión y dolor. Belgrano,
por su parte, sintió afectada su sinceridad y así lo expresó: “...quiero
quejarme de Ud. con Ud. mismo...”. Siente injustas y desconfiadas las
palabras de Güemes y le aclara vehementemente la situación por la cual ordenó
el regreso de Madrid a Tucumán.
Otro intento de enemistar a
los próceres se registra en junio de 1818. Esta vez Güemes se lo informa a
Pueyrredón, amigo de ambos. El 3 de setiembre de 1818, desde Buenos Aires,
Pueyrredón escribe a Güemes: “...Pedí en su tiempo explicaciones a Belgrano
sobre el contenido de la carta fechada por Ud el 3 de Julio, vea lo que me
contesta: “No puedo decir a Ud. bastante cuanto he extrañado la pregunta que
Ud. me hace acerca de la seducción de oficiales de nuestro Güemes y de ir a
atacarlo: ambas cosas no me han pasado jamás por la cabeza y Ud. mismo debe
hacerme justicia en vista de mis comunicaciones desde que empecé a tratar con
aquél, sabiendo además que he procurado formar la opinión en su favor por
cuantos medios han estado a mis alcances, a pesar de todos los enemigos que ha
tenido, como es consiguiente a cualquiera que manda. Después de todo ¿a qué
seducir a sus oficiales? ¿Por qué he de atacarlo? ¿lo tengo acaso por enemigo
de la patria? ¿No soy yo quien le ha propuesto para premios como Ud. sabe? ¿No
soy yo el que a virtud de las órdenes de Ud. le he franqueado cuanto ha
necesitado? ¿No soy yo el que le he dado pruebas de una sincera amistad, demostrándosela
de un modo positivo hasta enviarle cuanto ha necesitado, pidiéndomelo y no
pidiendo, sin expreso aviso de usted?. Pero es cansarse en vano tratar de esta
materia que la veo fundada en la multitud de chismes de los incendiarios: estoy
cierto de que el mismo Güemes hará mi apología en este asunto. Protesto a Ud.
que no conozco a sus oficiales y que con ninguno tengo correspondencia; si me
han escrito les habré contestado en las materias que me hubiesen tratado; pero
nadie me ha hablado en contra de él, ni yo lo habría consentido. ¿Es posible
que haya quien piense que soy capaz de mover las armas según mi antojo y más
contra un hombre a quien yo mismo elogio y a quien le he dicho que estoy para
sostener el orden? Cosas de chismografía: dejémonos de esto y crea Ud. que
Belgrano está con juicio: ¡así no me lo quitará la falta de plata con que no
puedo atender a Salta, ni a nosotros!” (Tucumán, 18 de agosto de 1818). Los
párrafos transcriptos son contundentes: ningún demonio, ninguna intriga,
quebraría la firme amistad que se profesaban los envidiados héroes.
6. La amistad y una
preocupación común: La salud
La amistad que Güemes y Belgrano se profesaban fue aparejada a una
constante preocupación por la salud del otro. Ambos padecían trastornos
digestivos, respiratorios y articulares. El Dr. Armando Pérez de Nucci analizó
desde el punto de vista médico la correspondencia de los próceres concluyendo
que en ella se mencionan enfermedades y padecimientos, advirtiendo que Belgrano
tenía cierta preocupación y conocimientos de diversas afecciones, permitiéndose
a veces recetar a distancia.
En una oportunidad Belgrano había escrito a Güemes. “Compañero y
amigo querido: Ud. no se cuida, cree que su cuerpo es de bronce y se equivoca;
no se debe usted a sí solo, sino a su mujer, hijo y lo que es más, a
El 10 de octubre del mismo año Belgrano le decía: “Por aquello de
poeta, médico y loco, todos tenemos un poco, vaya mi receta para el cólico
bilioso; lo padecí un verano entero desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la
tarde y no tomaba más alimentos que agua de agraz helada y helados de agraz.
Ud. felizmente no necesitará de tanto pues que ya se ha aliviado; pero a
precaución, un vasito de helado de ése ácido o de naranja o limón, todas las noches,
después de hecha la cocción y verá Ud. qué tono toma su estómago y cómo se
robustece”. Tucumán, 10 de octubre de 1817.
El Dr. Pérez de Nucci expresa: “Para avalar la teoría de que Güemes
padecía una dispepsia que estimo de probable origen biliar, se toman como referencia
las continuas recomendaciones de Belgrano, sobre todo aquella en la que
recomienda dieta y reposo, sin olvidar la mención directa al cólico bilioso”.
La última carta que Belgrano escribió a Güemes fue fechada en Pilar el
10/9/19. En ella expresaba: ”Mi compañero y amigo: voy a marchar dentro de
dos días para el Tucumán a ponerme en formal curación hasta recuperar mi
perfecto restablecimiento y ponerme en aptitud de trabajar, para concluir a los
enemigos que nos amenazan, en unión de todos los que desean ver libre el país.
Mis males siempre siguen, aunque hace tres días que he podido suspender los
vómitos con el cuidado y auxilio de los medicamentos administrados por el
profesor Berdia. De todos modos es su constante amigo. Manuel Belgrano”. El
mismo mes Belgrano, ya gravemente enfermo, solicitó la presencia del Dr. José
Redhead, quien vivía en Salta y atendía al Gral. Güemes. Güemes actuó inmediatamente
posibilitando el traslado del médico. Feliciano de
Cabe recordar que Bernabé Aráoz gobernaba Tucumán cuando Belgrano se
hizo cargo del Ejército, en 1816. En su condición de gobernante obstaculizaba
permanentemente el auxilio que necesitaban las tropas. Como consecuencia de
ello, el general solicitó reiteradamente a Juan Martín de Pueyrredón la
remoción de Aráoz. En setiembre de 1817 insistió expresando que si no se tomaba
dicha medida él se vería obligado a retirarse del Ejército. Aráoz fue
destituido y reemplazado por Feliciano de
En noviembre de 1819 sólo
quedaba en Tucumán parte del Ejército Auxiliar, el resto había marchado hacia
el centro del país por orden del Director. En esas circunstancias Abraham González y Bernabé Aráoz
provocaron una revolución mediante la cual fue depuesto Motta Botello, asumiendo
el cargo Aráoz.
El Gral. Belgrano había renunciado por
razones de salud al mando del Ejército. Cuando se produjo la revolución se encontraba
de visita en Tucumán. González, lugarteniente de Aráoz, encarceló y engrilló al
prócer. El Dr. Redhead logró que se lo eximiera de tal tortura, por su
jerarquía y estado de salud.
Al conocer tan ingrata noticia, Martín Güemes ofreció asilo a Belgrano
para salvaguardar su persona y aliviar su enfermedad. El prócer agradeció el
gesto y se dirigió a Buenos Aires asistido por el médico escocés. Vanos fueron
los intentos del Dr. Redhead, Belgrano partió hacia la eternidad el 20 de junio
de 1820, ocasionando un gran dolor en el corazón a su amigo. Simultáneamente
Güemes era nombrado por San Martín, General en Jefe del Ejército de Observación
sobre el Perú, quedando sin el respaldo afectivo de su camarada.
7. La eternidad como lugar para el reencuentro
Una prueba más de los infames sentimientos que generaba la relación
entre los próceres la brinda el Dr. José Redhead, médico y amigo de ambos,
quien escribió a Güemes: “Belgrano, al cabo, en medio de su talento, era el
hombre más sencillo que he conocido. Lo engañaban como a un niño y no ignoro
las maquinaciones que hubo en Tucumán y aquí para impedir una amistad estrecha
entre usted y él”. (Buenos Aires, 7 de noviembre de 1820).
En esta carta Redhead dio un nuevo testimonio de la amistad que unió a
Güemes y Belgrano. Uno de los personajes a quien molestaba esta relación fue el
ambicioso Bernabé Aráoz. Aráoz provocaría al año siguiente una grave crisis al
invadir Santiago del Estero para impedir que llegaran a Salta los auxilios
necesarios para que Güemes pudiera marchar hacia el Alto Perú en apoyo de San
Martín.
El gobernador de Santiago del Estero, Felipe Ibarra, comunicó a Güemes
el 23 de enero de 1821 que procuraba armarse para defender su Provincia del
ataque de Bernabé Aráoz agregando: “Este acontecimiento inesperado es el
origen de no poder a V. S. remitirle el dinero de los azogues ni de dar curso a
su venta. Este gobierno... reclama de V. S. los más vivos y eficaces auxilios
para destruir este tirano que sin más atención que su ambición frustra todos
los auxilios que podía remitírsele al ejército de su mando, para el progreso
rápido de
Ante la situación, el Cabildo convocó a representantes de Salta y Jujuy
a una Asamblea en la que se decidió declarar la guerra al gobernador de
Tucumán. En consecuencia las tropas Güemistas marcharon hacia ése territorio.
En medio del conflicto se produjo una revolución interna en Salta, liderada por
comerciantes y antigüemistas, que derrocó a Güemes y lo condenó al destierro.
La revolución fracasó. Al regresar Güemes a la ciudad los revolucionarios
huyeron unos a buscar el amparo del Gral. Olañeta que nuevamente invadía las
Provincias Unidas aprovechando la disputa y otros hacia Tucumán.
Los que huyeron hacia el Alto Perú se aliaron con los realistas y el 7
de junio de 1821 lograron sorprender a Güemes, hiriéndolo. Diez días después el
general ingresaba en la eternidad. Allí se reencontró con el amigo de quien
tanto anhelaron separar. Martín Miguel de Güemes tenía entonces 36 años, 3
pequeños hijos y una esposa que fue a reunirse con él diez meses más tarde.
Palabras finales
La enseñanza de la historia suele presentar episodios fragmentados lo
que dificulta la comprensión integral de personajes, sucesos y el contexto
socio político y económico. La ruptura de vínculos, que atenta contra la
compresión, me estimuló a abordar un aspecto tan preciado como poco difundido
en las páginas de nuestros libros: la amistad entre dos próceres.
Procuré mantenerme en los límites de ése título pero pronto comprendí
que no podría, especialmente al analizar las cartas. Cada una de ellas me
permitió descubrir el compendio que Güemes y Belgrano realizaron del momento
histórico que vivieron. Con sus alegrías, angustias, dificultades, logros,
consultas, recomendaciones, etc.
Llevo tiempo pregonando el noble sentimiento que unió a los próceres,
pero sólo ahora puedo apreciarlo en profundidad. Al tratar de sistematizarlo
una fuente me fue llevando a otra, ampliando el objetivo. Mientras avanzaba más
contrastaba la oscura sanción de 1812 con cada carta que leía. Tanto que en un
momento llegué a preguntarme: cómo pudieron consolidar una amistad sobre tal
base?. Y la respuesta me la dio la integridad y grandeza de sus corazones que
les permitió perdonarse mutuamente quizás sin que ninguno se lo pidiera al
otro. Desde lo humano esta es una gran enseñanza que nos legaron. Desde lo
militar es una prueba de virtudes. Por parte de Belgrano, el reconocer su error
y por parte de Güemes aceptar y comprender este reconocimiento.
La normativa interna de una institución verticalista como lo es el
Ejército obstaculiza la superación del resentimiento que genera en el
subordinado una sanción arbitraria (Güemes consideró que su traslado era un
confinamiento que degradaba su honor y distinguidos servicios). En el Superior,
las prerrogativas y el ejercicio del mando se refuerzan cuando se adopta una
medida disciplinaria que se cree justa (Belgrano había informado que los
delitos habían manchado los servicios de Güemes y que sólo absteniéndose de su
relajada conducta podría ser útil a
Por otra parte, son excepcionales los reclamos a una sanción y también
la resolución favorable de estos. Cuando Güemes recursó la medida, Belgrano la
fundamentó y el Gobierno la mantuvo. Años más tarde la situación fue superada y
relegada al olvido. Es posible que del vínculo entre ambos prevalezca como más
difundido y como ejemplo de rectitud de Belgrano la sanción impuesta y no la
unión que lo estrechara a Güemes durante años por el mismo objetivo: la
libertad.
Quizás las 129 cartas que Belgrano le escribiera a su subordinado,
compañero y amigo sean ignoradas por la mayor parte de esta Nación, cada vez
más alejada de la memoria y de la gratitud diaria hacia quienes la forjaron.
Por eso estas páginas, motivadas por las palabras con las que Güemes selló sus
sentimientos diciendo a Belgrano que sería su amigo hasta más allá del sepulcro pretenden constituir
un homenaje. Hoy que ambos están contemplando esta dolida Patria que apenas los
recuerda sean estas páginas una clarinada para exaltar su gloria.
CLARÍN: “Manuel
Belgrano. Cartas, anécdotas y testimonios”. Buenos Aires, 2.002
INSTITUTO NACIONAL BELGRANIANO: “Vida del Creador de
INSTITUTO GÜEMESIANO DE SALTA: Boletines Nº 7, 8, 9, 12 y 21. Salta, años
COLMENARES, Luis Oscar: “Martín Güemes. El héroe mártir”. Ediciones Ciudad Argentina, 1998.
FERNÁNDEZ, María Cristina: Boletín Güemesiano Digital Nº 28. Buenos Aires, Junio de 2002
FIGUEROA GÜEMES, Martín Gabriel: “
-- “Verdades
Documentadas para
GÜEMES, Luis: “Güemes
Documentado”, T 5 y 6. Plus Ultra, 1980.
VILARDI, Julián A.: “Güemes y las once invasiones
realistas por el Norte”. Edit. Lito, B. Aires, 1971.
SÍMBOLOS PATRIOS.
CEREMONIAL Y PROTOCOLO,
HERÁLDICA Y VEXILOLOGÍA. PLÁSTICA
DE
Raúl MEDINA ALVARADO ·
En adhesión al 186º aniversario del paso
a la eterna gloria del Gral. Don Martín Miguel Juan de Mata Güemes, el Instituto
Güemesiano de Salta me concede el honor de poder adherir a esta magna fecha,
mediante un tema de caro sentimiento al hombre argentino, los Símbolos Patrios y dentro de ellos, en
particular nuestra Bandera Nacional.
Entonces deberíamos comprender por Símbolos Patrios, al conjunto de
representaciones físicas protocolares que muestran la identidad de un pueblo,
el cual está ubicado en un espacio geográfico determinado, donde esos emblemas
contienen el espíritu de esa sociedad. Dichos elementos son: Escudo – Bandera e Himno Nacional,
pudiendo agregarse
Estos improfanos elementos no deberían
ser confundidos por los Atributos del Poder Público como lo son el Bastón de
Mando y
Así como
Si ya mencionamos a los símbolos como
representaciones físicas protocolares de una sociedad, nos faltaría definir entonces
que entendemos como Protocolo. Inicialmente debemos conocer que es Ceremonial;
palabra derivada de “ceremonias”: conjunto de expresiones exteriores humanas,
por la que se rinde cultos a lo divino o se idolatran cosas paganas. Esas
manifiestas individuales, que nacen en el seno familiar, luego de práctica en
forma grupal dentro del clan familiar, luego se traslada a la tribu y
posteriormente a la nación, lugar donde es práctica habitual espontánea de toda
esa sociedad. Esa práctica habitual, espontánea y social es lo que conocemos
como Ceremonial. No está reglamentado por el Estado, sino tan solo por las
conductas de los hombres que la practican, pero permitida esa práctica por
parte del Estado a lo largo del tiempo, se transformará en costumbre lugareña y
posteriormente en tradición de esa Nación.
Estamos entonces en presencia de una
determinada conducta social, que por intereses en común, el Estado como organizador
de esas sociedades, queda obligado, por su poder de imperio, a exigir el
cumplimiento de esas ceremonias, con determinadas reglas, estableciendo límites
a las autoridades que la practican y jerarquizando los cargos que las mismas
ocupan. Estas acciones están plasmadas en
De esta manera tenemos la base conceptual
de Ceremonial y Protocolo. Ahora nos toca desarrollar el concepto de Bandera
Nacional, su clasificación y protocolo.
El moderno estudio de las banderas, su
empleo público, formas, antecedentes y aplicaciones en eventos oficiales, corresponden
como ya mencionamos a
Podemos de esta forma hacer una breve
recorrida sobre las distintas clasificaciones en cuanto a la forma y en el uso
protocolar de la bandera:
1º) Algunas
formas de banderas públicas
Bandera rectangular:
Bandera cuadrada
Banderas farpadas
Banderas cornetas
Banderolas.
Estandartes
Gallardetes
Gallardetón.
Grímpolas
Palón
Pendón
Repostero
Catavientos
2º) Banderas
de los Estados Argentino
Bandera Nacional
Banderas Provinciales
Banderas de las Municipales
4º) Banderas
de uso protocolar
Banderas de los Estado soberanos
reconocidos por
Bandera de Ceremonia
Bandera de izar
Bandera Presidencial
Bandera del Ministerio de Defensa
Banderas de Guerra
Banderas Conmemorativas
Banderas Representativas
Bandera de Izado Permanente
Bandera de los Pasos Fronterizos
Habilitados
Banderas Históricas Nacionales
Banderas Especiales: ONU – OEA – OTAN –
UE- Olímpica – MERCOSUR
Bandera del Estado Pontificio del
Vaticano
Bandera de Uso en los Vehículos
Diplomáticos
Banderas de Ayudas Humanitarias
Bandera de los Pueblos Originarios
5º) Bandera
de Uso Particular
Paños para ornamentar con los colores
particulares
Banderas para las mesas de servicios y/o
negociaciones
Banderas para uso comercial
Banderas de Instituciones No Estatales
Banderas para las Aeronaves
6º) Banderas
de Uso Marítimos
Bandera del Palo Bauprés
Bandera para
Señales Marítimas Internacionales
Servicios de Engalanado a bordo
Para el uso protocolar de las Banderas
Nacionales existe una plástica, la cual funciona según determinadas reglas que
son propias del Protocolo de Estado. Ellas tienen su origen en el Ceremonial y
Protocolo y son empleadas sobre la base del Orden de Precedencia Protocolar (1)
y Principios de Analogías del Ceremonial.
Una de las reglas de Cortesía y Urbanidad
es
Si en el acto existiera más de una
bandera oficial, habrá que analizar y determinar qué lugares ocupan cada una de
ellas; inicialmente por razones de soberanía nacional no cede nunca su lugar de
presidencia y el resto de la o las bandera/s será/n ubicada/s por par centrado
si existieren dos, por alternancia en el caso que haya tres o más bandera o en
función al orden alfabético o a la antigüedad en función a la fecha de
presentación de las cartas credenciales de los países que representan. En un
ceremonial moderno, todo dependerá del tipo de evento protocolar que se
desarrollará.
(2) Un día de engalanado del mástil perteneciente al
edificio del Estado Mayor General de
Recomendación, las banderas oficiales de
pie no son ornamentos, se colocan siempre antes del acto y no durante o posterior
al acto, por el principio de respeto a
Pero antes de continuar con la aplicación
de los principios generales del Ceremonial y Protocolo de Estado, en particular
durante el uso público de nuestra Bandera Nacional, debemos hacer unas
reflexiones. La primera es reconocer que en nuestro medio social se fue
perdiendo la práctica del honor a la bandera, siendo ésta, empujada solo a la
ejecución por parte de las fuerzas armadas y de seguridad de nuestra república
en sus propios recintos, en algunos actos escolares y esporádicamente en
instituciones culturales, cuando esa práctica debería ser una costumbre
ciudadana, no solo para nosotros sino también para quienes adquirieron nuestra
nacionalidad.
Menciono una simple observación: ¿Cuántas
veces habremos visto, como ese paño sagrado que nos representa, que colocado en
lo alto de un mástil, está hecho casi jirones y manchado por la suciedad del
medio ambiente?. ¡Urgente, debemos hacer algo! para que la misma luzca humilde
pero limpia y presentable ante los ojos de nuestros ciudadanos. ¿Es nuestro deber
tener esta iniciativa para con esta cara enseña patria!
En la clasificación precedente se ha
mencionado para los actos públicos la clasificación de Bandera de Ceremonia y
Banderas para Izado, deseo recordar que ambas deberían mantener la misma
jerarquía protocolar pero se diferencia en el uso público a la que se las
someten; así vemos que por un lado se menciona el simple uso y por otra la
pluralizamos, ¡Pues bien! Existe una única Bandera de Ceremonia, lleva los
colores celestes blancos y celestes con el sol figurado en el medio, en conformación
rectangular, preferentemente en paño doble en gro de seda; es la expresión
máxima de la enseña en cualquier institución argentina; solo podrá ser lucida
públicamente en ocasiones extraordinarias, portada por personas extraordinarias
y con una serie extraordinaria de ritos establecidos por normas superiores, en
este sentido por el protocolo institucional que correspondiere.
En el caso de las Banderas de Izar, las
mismas son de un empleo mas amplio, no por ello pierden la identidad como
símbolo del estado, sino que su demostración en el uso diario, está sujeta a
otras formalidades, incluso difieren la textura del paño. Son utilizadas para
identificar la propiedad de un lugar. Disponen de una normativa para el izado,
arriado, traslado hacia y desde el respectivo mástil, con personas designadas
para tal fin y fechas en la cual estarán izadas a pleno o a media asta. El
tamaño debe ser en general, directamente proporcional al mástil donde flamea.
Debe izarse a las ocho de la mañana y arriarse a la puesta del sol, en invierno
a las seis de la tarde y en verano a las ocho de la noche, por norma universal.
Existen estados nacionales que demandan
la mejor tela en la mejor calidad para sus propias banderas de izado / arriado
como también para las de ceremonias, en este último caso difiere por que tienen
adosados ribetes como por ejemplo los gusanillos de seda en hilo de oro, como
forma de diferenciarse de las de izar. En nuestro país, las banderas de izar
están determinadas su confección por normas Iram y su empleo están basadas en
normas militares que provienen de la época de la colonia e independencia.
El uso y costumbre de nuestra enseña
patria deriva, como se anticipó oportunamente, de la cultura colonial española,
donde establecen las diferencias y jerarquías para la misma. En este caso
recurro a la palabras escritas de uno de los mayores expertos en el tema en
nuestro país, el licenciado Alberto Rubén Perazzo, quien en su libro Manual de
Vexilología Universal – Editorial Dunken / Abril de 2005, en la página 13 hace
mención a una clasificación de las enseñas basadas en la representatividad y
orden de las mismas, tal el caso de “bandera”, donde dice que: -“deben ser usadas por los reyes, duques,
marqueses, condes, vizconde, almirantes y barones”-. Bien sabemos que antes
de los estados modernos, el mismo estaba representado por la realeza, de allí
que esta acepción con el devenir del tiempo se fue transformando y trasladando
a quienes hoy conformamos ese estado, los ciudadanos.
Otra es el palón: -“es propia de las ciudades, villas y comunidades” -. El pendón: “es para el uso de las comunidades religiosas
tales como
Si bien estas enseñas fueron
evolucionando con el tiempo, los cambios en general sobre su figura fueron
pocos, hoy en este tercer milenio siguen teniendo plena vigencia las normas de
origen europeo, que fueron transmitidas por los ejércitos conquistadores y los
grandes navegantes marinos. Cada nación dispone de sus propios protocolos para
todos los movimientos de las autoridades del Estado y consecuentemente sus
símbolos y dentro de ellos en forma particular las que hacen al uso público de
su bandera. Tal es el caso del guitón en nuestro país, enseña que se puede ver
lucir diariamente en la azotea de
¿Y porqué es rectangular nuestra enseña
patria? Siguiendo los conceptos del licenciado Perazzo y acorde a los principios
vexilológicos, simplemente por que la bandera real de España tenía y mantiene
esa forma rectangular, que por uso y costumbre la adoptamos en el tiempo de la
independencia, llegando así hasta nuestros días. En general los documentos
referidos a nuestra enseña patria hablan sobre el uso público y los colores,
pero nunca de cambiar la forma rectangular.
Entonces a modo de conclusión, podemos
decir con certeza que nuestra Bandera Nacional Argentina tiene preeminencia
sobre cualquier otra bandera, sea esta de otro/s estado/s nacionales,
provinciales, municipales o instituciones privadas.
Antes de finalizar y con respecto a este
magno recuerdo, pude leer en Güemes Documentado, la clara identificación de
algunos de los distintos abanderados que tuvieron los cuerpos militares a
órdenes del Gral. Martín Güemes, tales como don Manuel Borije, quien es identificado
por percibir su paga por tal cargo; Diego Ampuero y Celedonio López, ambos
abanderados de los Infernales. Portaguiones del Regimiento de Granaderos a
Caballo, como bien sabemos era uno de los escuadrones de caballería asignados
al cuerpo de los Infernales: Nicolás Villalba, Miguel Antonio Cairo, Pablo
Melgar y Antonio Tinajero.
Ahora, una pregunta que me intriga desde
hace un tiempo a esta parte, ¿Entonces… qué bandera identificaba al Ejército de
Observación a cargo del Gral. Martín Güemes o cuál fue la utilizada durante
Por último deseo compartir con todos
ustedes las palabras del embajador Blanco Villalta, eximio maestro del
ceremonial en todo el mundo y plasmado en su libro “Ceremonial – Una filosofía
en el tercer milenio”: -“El ceremonial no
crea jerarquías, solo las reconoce; tampoco inventa honores ni los otorga, ni
fomenta el boato, solo establece un orden que haga posible las mas libres y cómodas
relaciones. No complica, simplifica. No crea problemas, solamente los evita.
Recordemos el pensamiento de la antigua China acerca de que los cánones del
comportamiento son afines a una moral de la actitud”-. Así deberíamos mantener
el tratamiento protocolar de nuestras enseñas patria.
(1) Decreto Nº 2072 / 2002 – Orden de Precedencia
Protocolar en
(2) Descripción de la fotografía:
2.1 – Al tope del mástil
una bandera azul tipo indicativa, con cuatro estrellas que muestran la
presencia en el lugar del Señor Jefe del Estado Mayor General de
2.2 - Bandera Nacional para
Izado, denominado de 3º tamaño, al tope del mástil.
2.3 - Hacia ambas bandas
(lados) del mástil, sobre estays, banderas de señales internacionales y
numerales, que sirven como engalanado del palo mayor, el cual perteneció a una
embarcación tipo destructor.
2.4 - Hacia los laterales
se observan drizas de apoyo al embanderado del mástil, utilizados para el izado
de otras enseñas navales militares.
2.5 - Al pie del mástil,
una Guardia Militar de Honor, con personal de marinería provista del respectivo
pito marinero.
FUENTES CONSULTADAS
BIBLIOGRAFÍA
BERISSO, María:
“Protocolo y Ceremonial. Oficial, Empresario y Social”. Editorial Espasa,
Buenos Aires, 1999.
BLANCO VILLALTA,
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María Inés GARRIDO de SOLÁ ·
No se puede hablar de
El pronunciamiento
de 1810 en Buenos Aires, llevó a los americanos a asumir el ejercicio del gobierno
propio. Como era de esperarse, el virreinato del Perú, centro del poderío hispánico
en América, llevó adelante todo intento por anularlo, mientras desde Buenos
Aires subían los ejércitos para terminar con dicha amenaza. Salta se adhirió al
pronunciamiento con su posición y recursos; lo que la convirtió en el epicentro
de un prolongado y encarnizado enfrentamiento.
Las derrotas de
Huaqui, Vilcapugio y Ayohuma sucesivamente demostraron que, si el objetivo era
terminar con el centro del poder realista, el camino no era por estos rumbos. El
enemigo concentraba aquí todo su poderío, con el propósito de bajar hasta
Buenos Aires, para terminar con el único foco, aún en pie de la rebeldía
americana.
Para defender a
las Provincias Unidas del Río de
Güemes participó
activamente en uno de los frentes decisivos de la contienda, el salto-jujeño. Primero
liderando las avanzadas, con la misión de contener al enemigo, lográndolo con
éxito y tras la derrota del grueso del ejército regular en Sipe - Sipe, le fue
confiada la defensa de las Provincias Unidas del Río de
A partir de junio
de 1816, Güemes actuó como conductor, no como comúnmente escuchamos, de una
montonera de gauchos desorganizados, sino del accionar de un auténtico ejército
de milicias campesinas, no estable, pero sí organizado. Contaba con un Estado
Mayor, escuadrones y compañías, agrupados acorde al lugar de dónde procedían y
con todos los servicios propios de un ejército en campaña.
Las acciones que
llevaron adelante no respondían a la estrategia de una guerra regular, con
tropas de línea o veteranos, que lucharan mediante batallas campales, sino que
apelaron a la guerra de recursos. Sin recibir, ni dar batalla decisiva al enemigo:
persiguiendo, acosando y castigándolo en sus posiciones y movimientos; guerra
lenta y penosa, llevada adelante por hombres aunados con el paisaje en una
conspiración perpetua. Obligaron al enemigo a actuar en un vastísimo espacio,
alejado de sus bases de operaciones, sin ningún apoyo logístico y enfrentado al
desgaste de la guerra de recursos, la que a lo largo de la historia siempre
resultó triunfante.
El espacio social
en el que se desarrollaron las acciones no fue la frontera norte de las
Provincias Unidas, cuyos límites en esa dirección, heredados del antiguo
Virreinato estaban en el confín de la actual república de Bolivia. Por lo que a
Güemes erróneamente se le sigue llamando defensor de la frontera norte de las
Provincias Unidas, cuando en realidad fue el supremo defensor de su
independencia. Los cientos de combates que libraron sus hombres, acontecimientos
de efímera duración, formaron parte de un proceso histórico, obra del sujeto
colectivo: el pueblo en armas, el que luchó y murió con valor y honor por la
libertad de ésta tierra y la de su gente. El ejército regular no volvió a
operar y los intentos enemigos de llegar a Buenos Aires, sólo se disiparon
cuando San Martín desembarcó en Lima.
Ahora era
necesario pasar a la ofensiva, desde el centro de las Provincias Unidas del Río
de
Tras la muerte de
Güemes en el frente salto-jujeño se acordó una tregua, la que comprometió la
situación de San Martín, al permitir que las fuerzas enemigas, que operaban
aquí pasaran a reforzar a las del Perú. Esta nueva situación afectó el
desembarco de un ejército por los puertos intermedios, las operaciones en las
Sierras y las de los patriotas del Alto Perú. Las sucesivas derrotas en estos
frentes, llevaron a San Martín a entrevistarse con Bolívar en Guayaquil,
dejando en sus manos el triunfo final frente al enemigo.
Con lo expuesto
quedó demostrado que Güemes constituye con San Martín y Bolívar, la trípode
gloriosa sobre la que descansa la independencia americana. En pro de la misma
causa, actuaron en tres escenarios distintos: el centro de las provincias
Unidas del Río de
Los episodios analizados no son suficientemente conocidos y
demuestran cómo los hombres de ésta tierra no dejaron nunca de combatir por
La misma está compuesta por una franja central y dos laterales.
Las laterales no se corresponden con la central, ni en la textura de la tela y
menos en su estado de conservación. A ello se suma la memoria colectiva, la
bibliografía y la documentación existente, todo lo cual impone su tratamiento
por separado. La franja central coincide con los estandartes de guerra en la
época de
En Mayo de 1810, como ya dijimos, los americanos
asumieron el ejercicio del gobierno propio en el Río de
En Salta y Jujuy al conmemorar el tercer aniversario de
las decisiones citadas, para presidir los festejos en mayo de 1813, ya no cabía
la presencia del pendón real, por lo que se enarbolaron los “estandartes de la
libertad”. En ellos se reemplazó el escudo de las armas reales por el sello de
También el sello de
Lo primero que concentra la atención, es la elipse
trazada verticalmente y su campo cortado en dos partes iguales, por el diámetro
menor de la figura. El cuartel superior es del color natural de la tela,
amarillenta por el paso del tiempo; el inferior es más oscuro, hoy amarronado,
lo que evidencia que fue coloreado, pero con los colores invertidos en relación
al original celeste y blanco, que es el que todos conocemos. En el cuartel
inferior se mueven de ambos lados, dos brazos - no desnudos-, uno inclinado
ligeramente de abajo hacia arriba y el otro a la inversa, y sus manos encajadas
sostienen la pica, cuya base no llega al pie de la elipse. La pica alza un
gorro frigio, con su tradicional color rojo, a una altura de la parte central
del cuartel superior, que remata cerca de la extremidad superior de la elipse. El
campo está flanqueado por una rama de laurel por un lado y por el otro de una
que parece ser de una especie distinta, quizás de mirto. Las ramas unidas abajo
por un lazo de cintas y abiertas arriba, coronadas por un sol esplendente -no
naciente-, en forma de disco con cara completa, rodeada de rayos rectos -no
alternados con ondulantes-, pero si con un áurea resplandeciente de gran
tamaño.
La presencia de trofeos militares: un tambor y puntas de
bayonetas, en el lugar que antes ocupaban las Armas Reales, se corresponden con
la moneda de oro mandada a acuñar por
Los colores identificables son sólo el amarillo y el
rojo, el resto es amarronado, por la acción del tiempo o por la falta de
disponibilidad de otros, ya que sólo disponían de los que la naturaleza les
brindaba. Su forma es rectangular, pero los bordes unidos a las franjas
laterales no se muestran raídos ni deshilachados y el escudo no está centrado,
lo que evidencia que fueron recortados, haciendo que luzca mayor el alto que el
ancho. Sus medidas son aproximadamente: 1,88 mts. de alto por
Los
Valles y serranías de Santa Victoria e Iruya, por su posición geográfica,
participan activamente en las guerras de nuestra independencia. Desde
septiembre de 1810 la región se pone en pie de guerra (...) Como lugar casi obligado
de tránsito (...) Durante la gloriosa guerra gaucha, Iruya y Santa Victoria
tuvieron un papel descollante (...) En el primer escenario, las partidas
gauchas batieron al enemigo en múltiples ocasiones,
especialmente en Colanzulí el 25 de noviembre de 1817 y en Iruya el 12 de mayo
de 1819.
El estandarte es un hecho, que identificara a las
milicias campesinas lugareñas, en los combates librados contra las fuerzas
españolas. Múltiples son las fuentes que dan testimonio de ambos combates. El
primer combate aparece citado en un parte de guerra, de uno de los más dilectos
capitanes de Güemes, el coronel Manuel Arias, se dirigía al primero el 28 de noviembre
de 1817 diciéndole entre otras cosas: “De
mi parte he tenido dos hombres muertos (...) Estos han labrado con su sangre la
defensa de nuestra libertad. Una partida que tenía por Colanzulí y que no se me
ha reunido, ha tomado dos prisioneros de los granaderos de reserva, ambos con
sus fusiles y municiones, y un muchacho pequeño que venía incorporado al
enemigo”[56].
Reconocidos historiadores de Salta y Jujuy - Atilio Cornejo,
Emilio Bidondo, Ricardo Rojas y Ricardo Solá entre otros-, citan ambos combates
en sus más destacadas obras[57].
También aparecen citados en las Publicaciones Oficiales, como la del Ministerio
de Acción Social y Salud Pública de Salta, sobre los Departamentos de Santa
Victoria e Iruya[58].
Las fuentes son incontestables en cuanto a la existencia
real de los estandartes de la libertad, en las luchas por
Con respecto a las franjas laterales, ni la textura de la
tela, ni su color, ni su estado de conservación se corresponden con la época de
los combates de Colanzulí e Iruya respectivamente. Por las fechas de los
combates -1817 y 1819-, podría plantearse el interrogante ¿por qué el uso de un
estandarte de guerra cuyos elementos se remontan a 1813, cuando el Congreso
reunido en Tucumán, tras declarar la independencia el 9 de julio de 1816, había
reconocido como distintivo de la nueva nación a la bandera celeste y blanca?
Es decir, ¿por qué no marcharon al combate los bravos
gauchos, que en el frente salto-jujeño y altoperuano, defendieron la
independencia de las Provincias Unidas del Río de
Diez años después, en 1829 el general Andrés Santa Cruz
se hizo cargo del gobierno de Bolivia y en agosto de 1836, por la fuerza de las
armas reunía en un sólo estado a las repúblicas de Bolivia y del Perú. Durante
los años 1837 y 1838, los territorios que fueron escenario de la guerra por
Ahora
en ocasión de la guerra invasora que el mariscal Santa Cruz emprendió contra
las provincias del Norte, en una tentativa por incorporar una parte de su
territorio a Bolivia, constituida en nación independiente once años atrás, por
determinación del libertador Bolívar. El ahora
mariscal Santa Cruz, frente al gobierno de